31.3.09

Capitulo 9. Despertar

Abri los ojos para ubicarme. Me encontraba en mi vieja habitacion

en la casa de papa. Ultimamente me habia refugiado en los sueños. De pronto

reaccione y recorde que despues de la llamada de papa habia ido a por mi, tomo

toda mi ropa y habia decidido que debia regresar a casa. Llevaba exactamente

3 dias entre dormir y solo despertar para hacer mis necesidades, para hacer creer

a papa que me encontraba bien.


Entre sus cuestiones laborales y mi depresion no habia tenido la

oportunidad de hablar con el. Se levantaba para ir a trabajar y me dejaba

dormida, yo me levantaba por mero compromiso con mi padre a hacerle de

comer, por lo tanto a la hora que el salia del trabajo y llegaba a cenar me volvia

a encontrar dormida. En una de las tantas mañanas que me encontraba

haciendole de comer a papa marcaba a el numero de Angeles, sin ningun exito.

Solo queria saber si se encontraban bien. El no saber nada de ambos hacia

que mi tortura fuera mas dificil.


Observe el reloj que tenia a mi lado. Eran las 13:00 en punto, debia de

levantarme y comenzar a hacerle de comer a papa. Hoy habia decidido charlar

con el. Era tiempo y no queria seguir manteniendolo con preocupacion, en un

par de ocasiones lo escuche hablar con mama que ya no sabia que hacer

conmigo, que solo me la pasaba durmiendo. No me agradaba tener asi a mi

padre, este sufrimiento era suficiente para mi, no queria compartirlo.


Me levante y arregle. Al salir del baño me observe en el espejo, no podia

creerlo, era otra persona. Mi rostro no reflejaba ni siquiera un rayito de alegria,

tenia los ojos hinchados y un par de profundas ojeras bajo ellos. Mi rostro se

veia demacrado y lleno de tristeza. Las horas pasaron y yo continuaba

haciendo las labores de la casa, tenia que buscar alguna forma de

entretenerme y no volver a caer. Durante la limpieza de la casa observe el gran

librero que tenia papa en la sala. Me detuve y observe todos y cada uno de los

libros. Necesitaba concentrarme en alguna lectura, tenia en cuenta tambien

que no me pasaria limpiando la casa todo el dia.

No escuche cuando papá abrió la puerta. Estaba sumergida observando los libros, buscaba algo

que me hicieran sonreír o al menos me tuviera en suspenso. Definitivamente no buscaba una

historia trágica amor, con la mía era mas que suficiente. De pronto escuche sus pasos y di un

brinco. Cuando voltee papá se encontraba parado junto a una silla del comedor. Me observo y

sonrió. -Me da gusto no encontrarte dormida pequeña- se acerco a mi y me beso la frente. Solo

me limite a sonreír. Nos dirigimos en silencio a la cocina. Prepare el comedor y después de un

rato reaccione.

-¿Qué haces aquí papá?- pregunte un poco confundida.

-Es sorprendente saber que no estas perdida en el limbo y tienes conciencia del tiempo y

especio- sonrío un poco –solo vine a ver si te encontrabas bien y aprovechar a comer contigo- se

sentó en el comedor. Comencé a llevar la comida a la mesa y me senté junto a él.

-Tu madre te ha mandando saludos- dijo mientras se servia un poco de agua.

Yo procuraba mantenerme en silencio y solo asentar con la cabeza. Ambos pasamos parte del

tiempo callados, hasta que el rompió el silencio con la pregunta que no tenia ni la mas minima

gana de responder.

-Entonces- suspiro –todo esto que te sucede es por enamorarte de quien te dije te alejaras ¿no?-

me miro mientras comía.


Supuse que en algún momento mamá le contaría que me encontraba así por la desilusión


del primer amor y todo eso pero ahora que todo había pasado debía cuestionarle muchas cosas a

mi papá, como esas, el por que no quería que me relacionaría con Adrián y Ángeles pero sobre

todo lo que había tenido presente hasta en sueños, aquellas palabras del Dr. Borella llenas de

tanto rencor contra los Kostas.

-¿Podemos posponer esa conversación para la noche?- comente mientras comía –debo poner en

orden todas mis ideas y volver a analizar las cosas para poder platicarlas contigo-

-Prometes que no te encontrare dormida- tomo mi mano –realmente me tienes preocupado

Megara-

-Lo sé papá- pase mi mano por mi cabello – es solo que tengo miles de preguntas para ti,

respecto a todo-

-Lo suponía- contesto preocupado –tienes razón, la conversación será larga- siguió comiendo.

Ambos terminamos de comer y me levante a recoger la mesa. Papá se despidió de mi. De pronto

me vi sola de nuevo en casa.


Me senté frente al televisor a cambiar de canales sin nada interesante que observar.


Observe el teléfono en muchas ocasiones sin embargo algo me impedía acercarme y marcar para

saber si Ángeles estaba de nuevo en su departamento. Después de levantarme del sillón y volver

a sentarme en múltiples ocasiones, me llene de fuerza, me acerque y marque. Sonó un par de

ocasiones y de pronto escuche su voz. Ángeles ya estaba en su casa. No lo podía creer. Me quede

por un largo momento callada y solo escuchaba la voz de Ángeles hasta que ella misma se quedo

en silencio y pregunto:

-¿Megara? ¿Eres tu? Por favor, si eres tu contesta- nuevamente me quede callada y comencé a

llorar, suspire profundo y conteste:

-Si Ángeles, soy yo- a pesar de que se escuchaba mi voz entrecortada una sonrisa iluminaba mi

rostro.

-¿Cómo estas? Me da tanto gusto saber de ti- escuche su voz alegre –subí a tu departamento

ayer y te marque pero nada de ti ¿estas con tu papá?-

-Así es- me limite a contestar -¿Cómo esta él?- pregunte ansiosa. Un silencio se hizo, pareciera

como si algo terrible hubiese pasado y Ángeles no quisiera decirme.

-¿Esta bien verdad?- mi voz se escuchaba con tono preocupado.

- Dentro de lo que cabe- contesto Ángeles. Todo paso por mi mente, quizás también se

encontraba lleno de tristeza como yo y hacia las cosas por mero impulso o tal vez Ángeles

tampoco sabia nada de él solo lo necesario.

-¿Te puedo pedir un favor?- pregunte.

-Claro Meg, lo que necesites-

-¿Estas en contacto con él? ¿Podrías darle mi numero para poder charlar?- volví a preguntar.

-Meg- contesto con tristeza –mi Tío no me deja hablar con él, de hecho batalle mucho para que

me dejaran volver aquí-

-Pero ¿se encuentra bien?- contesto preocupada.

-Si lo esta- dijo triste. Ambas nos quedamos en silencio. ¿Tanto era el odio? ¿Por qué nos odiaba

tanto el Dr. Borella?

-Bueno Ángeles- conteste triste –este el numero de mi papá, creo que estaré un largo tiempo

aquí- conteste resignada.

-Me ha dado mucho gusto saber de ti Meg- dijo Ángeles.

-A mi también- una sonrisa se ilumino en mi rostro –si te pones en contacto con el …-

-Te llamare- me dijo tranquila.

-Gracias-

Nos despedimos y la llamada termino. Me asome a la ventana y pude ver los rayos del sol.

Dentro de mi solo quedaban miles de ganas de seguir llorando. Nuestro amor se alejaba y parecía

que no había manera de volver a estar en contacto. Contemplaba la ciudad y recordaba aquella

mañana en que el sol me había despertado y me encontraba junto a él. Mi corazón se entristecía.

La horas pasaban y pasaban lentamente y yo sentada en aquel sillón, simulando ver la

TV. Deseaba que papá saliera pronto del trabajo y pudiéramos charlar. Estuve a punto de volver

a la cama y dormir, definitivamente el día me iba mucho mejor mientras dormía. Mi vida en

sueños era junto a Adrián, reviviendo una y otra vez aquellos momentos felices. Me acurruque

en el sillón. Quería a papá, lo necesitaba en ese momento. Cerré mis ojos y comencé a desear

tenerlo a mi lado, necesitaba que contestara a mis preguntas y decirle todo lo que sentía. Escuche

como abría la puerta. Nuevamente había llegado antes, aunque para mi estando sola en la casa

había sido una eternidad, realmente solo fueron un par de horas.

Papá se asomo a la sala y me vio arrinconada en aquel sillón. Toco mi cabello y se sentó en

el extremo contrario del mismo sillón.
-

Aquí estoy pequeña- dijo mientras me observaba. Me levante rápidamente y lo abrace, no podía

contener mas las lagrimas.

-¿Por qué duele tanto amar?- le dije entre sollozos mientras lo abrazaba. Acaricio mi cabello y

acomodo mi cabeza en forma que quedara recostada sobre él.

-No lo se hija- me dijo mirándome fijamente –solo se que el verte así a mi también me mata de

dolor- seco una lagrimas de mi mejilla.

- Se que tal vez estés totalmente decepcionado de mi- le dije –papá te juro que no era mi

intención enamorarme, solo sucedió- por mas que quería poner las ideas bien en mi mente

parecía que todo se revolvía junto con mis lagrimas.

-No estoy decepcionado Megara- su voz se escucha tranquila –en cuestiones del corazón, la

razón siempre permanece callada- beso de nuevo mi frente.

-Papá- me acomode a su lado y lo mire fijamente -¿De donde conoces al Dr. Adrián Borella?- me

observo y bajo la mirada.

- Tenia tanta razón- movió la cabeza diciendo que no –es tiempo que sepas de del pasado de los

Kostas- me miro fijamente y acaricio mi rostro.

30.3.09

capitulo 8. Despedida tormentosa

Al abrir los ojos pude sentir que Adrian seguia recostado conmigo. Me

levante hacia su rostro y lo bese. tenia un terrible dolor de cabeza y si bien no

queria hablar de lo sucedido, debia de hacerlo. Me observo y sonrio. Volvio a

pasar sus manos por mi cabello.

-Solo te pido-le dije mientras me acurrucaba contra su pecho-que me des

miles de sonrisas en estos ultimos dias contigo-


Comenzo a moverse y nuestros rostros quedaron de frente. Tomo mi

rostro entre sus manos y me beso. Sin embargo es esta ocasion no podia

concentrare en el solo hecho de besarlo y dentro de mi solo retumbaba un

¿Por que ? ¿Por que ?. Buscaba respuesta a todo, para todo y por mas que

indagaba no lograba encontrarla.

-Muchas veces soñe encontarme a alguien como tu-me dijo mientras

observaba mis ojos-yo soy quien te quiere, quien te llora, quien te anhela-

unas lagrimas escurrieron por sus ojos-no preguntes el ¿Por que?, ni yo lo se-

-No puedo no preguntarme el por que Adrian-le dije mientras alejaba mi rostro

del suyo y me acomodaba en la cama-tu padre me dio la peor de las excusas y

realmente me gustaria saber la verdad-me cruce de brazos y baje la mirada.

Un enorme silencio se hizo entre vosotros y vi como mi habitacion se hacia tan

grande como el profundo sentimiento de odio que comenzaba a albergar contra

el Dr. Borella.

- No lo odies por buscar mi bien, recuerda que es mi padre-me miro

tiernamente. Comence a mover la cabeza negando y suspire.

-Solo mienteme Adrian-dije resignada y lo mire con ojos llorosos-solo

dime lo que quiero oir, no me des mas lagrimas y dame una solucion-

nuevamente baje el rostro y comenzaron a rodar las lagrimas por mis mejillas-

inventa para mi un gran y bello final feliz-nuevamente se hizo el enorme silencio.



Se acerco a mi y comenzo a besar tiernamente mi mano y subio poco a

poco hasta llegar a mi hombro. Mi cuerpo se comenzo a estremecer y pude

sentir escalofrios.

-Eres lo que tanto esperaba, lo que todo pedia- susurroa mi oido.



Sus labios recorrian mi cuello y sus manos se enredaban rapidamente

alrededor de mi cintura. Mis manos abrazaron su cuello y tocaban tiernamente

su cabello. Bajo su rostro hasta mi blusa, alzo la mirada entre tantas

sensaciones solo asenti con la cabeza y cons sus dedos finamente desabrocho

boton por boton de mi blusa y de forma instantanea mis manos comenzaron a

alzar su playera. De pronto nos vimos desnudos unidos por el amor. Las

sabanas y mi habitacion guardaron nuestro secreto. Nuestros cuerpos se

fusionaron entre si y pude sentir como cada poro de mi cuerpo se hacia uno

junto con los suyos. Me era imposible pensar, mi cuerpo y mente estaban

conectados a los suyos y solo eran miles de sensaciones que aunque queria

describir eran indescriptibles. Por un breve momento fuimos uno solo. Cerre los

ojos y me deje llevar, si esta era la primera y ultima vez que estariamos juntos

no queria pensar en nada, solo vivir el momento.



Cuando volvi a tomarconciencia de las situaciones, me vi junto a el

desnuda; y aunque era extraño, me sentia completamente feliz. Senti el calor de

su cuerpo junto a el mio, oli su cuerpo y sonrei.

-El destino lo sabia y te puso ante mi- me susurro mientras acariciaba mi

cabello. Puse mis manos en sus labios.

-Solo cierra los ojos y perdamonos en nuestro sueño-le dije-mañana sera otro

dia y entonces volveremos a nuestra triste realidad-cerre los ojos y lo abrace

con fuerza. Ambos caimos dormidos nuevamente. No queriamos despertar

pero sobre todo no queriamos olvidar.



A la mañana siguiente un rayo de sol me desperto. Me levante y me

envolvi entre las sabanas, sali con mucho cuidado de la cama para no

despertarlo. Me asome por la ventana y el dia estaba precioso, hacia semanas

que no se notaba ni un poco de calor y ese sabado era diferente, el sol era

reluciente y la gente que caminaba por las calles se veia con ropa fresca. Corri

a la cocina y comence a preparar el desayuno. De pronto senti sus manos

sobre mi cintura.

-Si eres tan hermosa ¿Por que te cubres tras una sabana?- pregunto mientras

olia mi cabello. Voltee y lo bese.

-Aunque este es el mejor de los sueños-le dije mientras lo abrazaba-necesito

que me digas nuestra realidad-lo mire a los ojos.

-Esta es nuestra realidad Meg-me beso la frente.

Volvi a abrazarlo y olerlo, no queria olvidar su olor, no queria olvidarlo. Lo tome

de la mano y nos dirigimos de nuevo a mi habitacion. Sin pena, me pare frente

a el y me despoje de la sabana, me encontraba desnuda frente a el. Lo mire y

senti como me sonrojaba.

-Siempre sere tuya- lo mire y señale mi cuerpo-siempre tuya-. Se acerco a mi,

levanto la sabana y me envolvio con ella. Acaricio mi cabellos y susurro a mi oido:

-Te Amo Megara-. Mi cuerpo se estremecio, me amaba tanto como yo a el. Y

ahora no solo nos amabamos sino que tambien nos perteneciamos.



Comenzamos a vestirnos y nos fuimos a desayunar. Nuestras miradas

decian mas que mil palabras. Y no podiamos dejar de sonreir. Sin embargo

debia bajarme de la nube. Debiamos hablar.

-¿A donde te iras?-pregunte mientras bebia la taza de cafe- ¿Podremos seguir

en contacto?- le mire con preocupacion.

-Grecia- respondio secamente.

-No hay distancias grandes para nuestro amor-respondi con una semi sonrisa.

-No lo entiendo Meg- me dijo mientras dejaba el tenedor cerca de su plato-no

me dio ninguna razon que valiera la pena- dio un pequeño golpe en la mesa.

Lo observe. Quizas el Dr. Borella pensaba que yo no era la mujer ideal para su

hijo. Tal vez el buscaba a alguien con mas clase para el. Probablemente yo

no llenaba sus requisitos de extravagancias y cosas refinadas, solo era una

chica que habia corrido con la suerte de tener la ascendencia griega y punto.

Tomo mi mano y me observo.

-¿Realmente piensas eso?-

Su pregunta me desconcerto y me quede callada. Por un momento pense que

habia podido escuchar todo lo que pensaba, pero no quera comenzar a idear

otras cosas en mi mente. Debia enfocarme en la situacion.

-Pienso miles de cosas Adrian- segui con mi taza de cafe.



Si bien no podia retenerlo a mi lado. Queria estar segura que la distancia

no nos separaria. Y sabia perfectamente que Grecia no era ir a la vuelta de la

esquina pero yo esperaria por el y contaba con que el esperara por mi.



El fin de semana paso como agua y al darme cuenta ya era lunes.

Ambos habiamos decidido en la mañana no pisar la facultad. Suponia que el Dr.

Borella sabia donde se habia escondido su hijo todo este tiempo, sin embargo

no habia dado ni una seña de vida. Quizas le habia concedido a Adrian este

ultimo fin de semana conmigo. Estaba sentada en el comedor desayunando

cuando salio de mi habitacion. Su rostro estaba lleno de tristeza y aunque yo

queria hacerme la fuerte me era imposible, ambos sabiamos que eran nuestras

ultimas horas juntos. Me tomo de la mano.

-Quiero que la ultima sonrisa que vea en tu rostro sea en nuestro sitio especial-

me levanto de la silla y abrio la puerta del departamento.



Salimos del departamento y el clima estaba un poco fresco. Caminamos

tomados de la mano y en silencio todo el camino. Llegamos a nuestro sitio

especial y nos sentamos en la banca, en esa banca que nos vio demostrar

nuestro amor muchas veces.

-Estare contigo aunque estes lejos de mi vida- le dije y sonrei.

-Siempre estaras conmigo Megara- me abrazo.

Y aquel momento de felicidad en unos instantes se volvio tormentoso. El cielo

comenzo a nublarse y unos pasos se escuchaban venir a nosotros a lo lejos.



Pude vislumbrar entre los arboles el cuerpo del Dr. Borella. Adrian se

puso frente a mi, como intentandome defender de su padre. Ambos quedaron

de frente.

-Te he permitido toda tu corta vida Adrian-dijo con gran molestia-que hagas y

deshagas miles de tonterias, pero en esta ocasion me llenaste el plato-

Su voz se escuchaba llena de furia.

-No me iba a quedar asi-respondio molesto- si me alejas de ella tenia que

disfrutarla aunque fuese unos dias-su voz se entrecorto-¿Por que te empeñas

en separarnos?- le grito lleno de odio.

El Dr. Borella bajo su rostro. Por un momento pense que habia entendido la

situacion y todo volveria a ser como hasta hace un mes. Se acerco a Adrian y

lo tomo del brazo, dejandome sin defensa alguna. Temblaba de miedo, no tenia

idea de que me haria. Se paro frente a mi, sus ojos reflejaban furia.

-Ya una vez los Kostas me arrebataron a quien ame con todas mis fuerzas-me

dijo- no permitire que otro Kostas me arrebate nuevamente a alguien a quien

amo-jalo a Adrian.

Estaba mas confundida que nunca. ¿El Dr. Borella conocia a algun familiar

mio? No entendia la situacion ¿Que amor le habia sido arrebatado? Me quede

impactada y mirando fijamente como el Dr. Borella jalaba con fuerza con fuerza a Adrian

mientras el intentaba zafarse de su brazo. Volvi en si al escuchar sus gritos, su

voz llena de dolor.

-Te amo Megara-gritaba Adrian con la voz entrecortada- volvere por ti, por

que nuestro destino es estar juntos-

Mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas. Reaccione y comence a correr

tras el, podia sentir como las lagrimas se difuminaban por mi rostro y corria con

fuerza. Al salir del parque me tomaron de los brazos dos personas que se

encontraban en la entrada y pude ver como al amor de mi vida lo introducian a la

fuerza en el automovil. Forcejeaba pero por mas que lo intentaba no podia

hacer nada mas.

-No me dare por vencida-le grite a Adrian-yo quiero un mundo contigo y se

que valdra la pena esperar-segui forcejeando hasta que cai sin fuerzas sobre

el suelo y con los ojos hechos agua vi como aquel automovil se alejaba con el

amor de mi vida dentro de el. Vi como Angeles corria hacia mi y la mano del Dr.

Borella la detuvo. No podia dejar de llorar y gritar mientras estaba hecha

pedazos en aquella banqueta.



Alce mi rostro y lo vi. Vi al Dr. Borella subir con Angeles a otro automovil.

¿Tambien me quitaria a mi mejor amiga?. Un grito ahogado salio de mi boca

-¿Por que? ¿Por que me hace esto?- sentia que mi mente daba mil vueltas y

no tenia a menor idea de que era lo que estaba sucediendo. Las personas que

me habian detenido me dejaron ahi y comenzaron su camino al ver como partia

el automovil con el Dr.Borella y Angeles dentro.



No sabia que hacer. Me sentia vacia. ¿Que estaba sucediendo? ¿Por

que nos habian separado? No sabia que hacer ni que pensar. De pronto la

lluvia comenzo a caer sobre mi y despues de un tiempo reaccione. Seguia

tirada en la misma banqueta donde me habian dejado aquellas personas,

observando ahacia la nada. Mi cuerpo temblaba, de frio y de tristeza. Podia

sentir el latido de mi corazon, lento, como si no tuviera ganas de seguir

viviendo.



Me levante y comence a caminar por inercia a mi departamento. Por

mi mente viajaban una y otra vez las escenas. En mi rostro no se veia la

diferencia entre la lluvia y mis lagrimas. Llegue al edificio y observe el

departamento de Angeles, intente asomarme por la ventana pero todo se veia

oscuro. Subi las escaleras y abri la puerta de mi departamento. Me sente en la

silla del comedor y suspire profundo, aun se encontraba su aroma. Estuve

sentada en aquel lugar como una hora, sin pensar en nada, sollozando y

escurriendo el agua de mi cuerpo.



Por un momento desee que mi papa estuviese ahi, necesitaba de el, de

sus consejos, de un abrazo. Observe el telefono y le marque.

-¿Diga?- sono la voz de mi papa.

-Te necesito-dije con la voz entrecortada.

-¿Megara? ¿Que te sucede? ¿Te encuentras bien?- pregunto preocupado.

-No papa-dije llorando-quiero regresar a casa, me encuentro mal y con algo

importante que contarte-.

29.3.09

capitulo 7. Malas compañias

El semestre continuo su curso y conello las semanas. Cuando me di

cuenta estaba ya en la ultima semana de mi primer mes en Xalapa. Ese fin se

habia quedado marcado y pactado con papa para ir a visitarlo pero

precisamente hacia unos dias atras se habia comunicado conmigo para

decirmeque tendria que esperar 15 largos dias mas para verlo de nuevo. El

trabajo se encontraba muy flojo y yo habia estado gastando excesivamente en

la escuela. Si bien pude haberle dicho que viajaba con el dinero que mama

habia ahorrado para mi, una gran parte de mi no queria dejar a Adrian. Sabia

que si me marchaba un fin de semana, se volveria el fin de semana mas largo

de toda mi existencia.


El dia despues de que habia conocido a Adrian no solo su cuerpo sino

tambien nuestro sitio especial, mama se habia puesto en contacto conmigo.

Sentia una menor carga de conciencia puesto que mi mama tenia mi entera

confianza y encontrandose tan lejos de mi debia estar al tanto de todo lo que a

su hija adolescente le sucedia. Asi que mama sabia perfectamente que estaba

enamorada de Adrian. Que si bien apenas nos acababamos de conocer lo

nuestro era tan inmenso y fuerte que no necesitabamos una vida para

conocernos, por que con una simple mirada lograbamos saber lo que cada

uno pensaba pero sobre todo lo que cada uno sentia.


Me sentia tan llena y tan a gusto. Tan en mi lugar, en mi hogar. En mi

sitio. Lo mio con Adrian iba en mejora. Mi amistad con Angeles estaba mejor

que nunca. Los 3 disfrutabamos enormemente las tarde juntos, viendo

peliculas, comiendo, estudiando en mi sitio preferido. Angeles siempre salia a

la calle con una camara fotografica asi que teniamos miles de fotos de todos y

cada uno de los momentos que vivimos juntos. En una ocasion Angeles tomo

una foto donde posabamos Adrian y yo en nuestro sitio especial, en una tarde

cualquiera de estudio;luego nos daria la sorpresa de regalarnos una a cada

uno para ponerla en cada uno de nuestros relicarios.


Desde hacia una semana habiamos decidido entre los 3 que era tiempo

que el mundo conociera el gran amor que existia entre Adrian y yo. Asi que

habiamos decidido mostrar nuestro cariño frente a la gente, no nos ocultariamos

mas. Si bien la gente se sorprendia al vernos tomados de la mano caminando

por la facultad, a nosotros definitivamente no nos afectaba. Yo estaba mas que

emocionada de saber que ya no tendriamos que escondernos mas. Estaba

contenta por poder besar a mi novio al momento que se me diera la ana pero

sobre todo de caminar mano a mano con el en la calle.


Sin embargo aunque me veia rodeada de felicidad. Aun me quedaba la

espinita de no poder decirle a mi padre, la persona mas importante en mi vida

despues de Adrian, claro estaba, que estaba enamorada pero sobre todo

correspondida pero algo dentro de mi me detenia a haerlo todas y cada uno

de las noches que papa me llamaba. Era como si el mismo destino que nos

habia unido a Adrian y a mi impidiera que papa se enterase.



El viernes por la mañana al pasar por Angeles su semblante se notaba

con preocupacion. Durante el corto camino a la facultas no menciono ni una

sola palabra, comenzaba a causarme un poco de angustia el verla asi pero

tenia miedo a preguntarle. Al llegar al salon de clases fuimos avisados que el

Dr. Salas no llegaria por motivos personales asi que tendriamos 2 largas horas.

Adrian habia llegado un poco tarde ese dia.

-Necesito hablar seriamente con ustedes-nos dijo Angeles mientras se sentaba

en el escritorio principal.

-¿Es acaso lo que me temo Angeles?-le pregunte llena de enojo y tristeza a la

vez.

-Algo parecido Meg-su respuesta sono tan triste.

-Yo no se de lo que quieres charlar Angeles-contesto Adrian con mucha

seguridad-y creeme yo tampoco lo esperaba-tomo mis manos entre las suyas.

Me encontraba llena de confusion. Adrian habia tomado mis manos, por lo

tanto no dudaba de su propio amor por mi, pero ¿Que era el causante de toda la

tension que se sentia entre los 3?, ¿Por que ambos estaban tristes y a la vez

preocupados?

-Tranquilizate Meg-me dijo Adrian mientras dirigia su mirada a Angeles-no la

mantengas mas a la expectativa y solo diselo Angeles-

-Meg-suspiro-al parecer a mi tio no le agrada que nosotros estemos juntos,

bueno mas bien que tu y Adrian sean mas que amigos, creo que el hecho de

verlos en estas ultimas semanas juntos le hizo recordar ciertas cosas y

situaciones que no le parecen-me miro con mucha seriedad.

Mi mente se habia quedado en blanco. Asi que el Dr.Borella no me queria y

¿Cual era el problema? podriamos volver a ocultarnos, aunque esa idea no me

gustara del todo, pero se que podriamos volver a hacerlo. Sin darme cuenta

mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas y mi cuerpo comenzo a sentirse

debil. Me sente en mi banca. Adrian me abrazo.

-Aunque quisieramos volver a escondernos, ahora tal vez sea imposible-

susurro a mi oido. Mientras pudo observar como Angeles observaba a Adrian y

ambos asentaban con sus cabezas. Ella sabia mas. ¿Por que no

podemos volver a escondernos?-comenzaba a enojarme. Lo mire con los ojos

llenos de furia y dolor. Tome mis cosas y sali corriendo, pude escuchar al salir

del salon como Angeles me gritaba, no queria saber nada de nadie, llevaba mi

mente en blanco, no queria que mi fugaz historia de amor terminara de esta

manera. No podia ser posible, como algo tan bello, tan puro tuviese un final

turbio y triste. De pronto choque estrepitosamente con alguien, cai frente a sus

pies y todos mis libros salieron volando de la mochila, alce mi mirada llena de

lagrimas y era Dr. Borella. Nos miramos fijamente. El sabia que Adrian habia

charlado conmigo, se notaba en mi rostro.

-¿Que le he hecho?-me limite a preguntar entre sollozos.

-Creo que necesitas platicar con tu padre-me dijo con aquella voz seria como

si no le diera ni una pequeña gota de tristeza o aunque fuera lastima.

-¿Por que lo quiere alejar de mi?-volvi a cuestionarlo.

-Por que asi deben ser las cosas Megara-alzo su mirada y penso en el

pretexto mas absurdo que habia escuchado en años-a veces-me respondio-

ciertas personas se vuelven malas compañias-

Comence a recoger rapidamente mis libros y guardarlos como pude en la

mochila, el Dr. Borella seguia ahi parado, inmutado. Me levante y lo rete con la

mirada.

-¿En que momento uns persona que ha sido alabada por su excelente

promedio al entrar en esta facultad de Medicina se vuelve mala compañia?-

Se quedo callado. Y se limito a observarme por un momento. La situacion me

comenzo a incomodar, no daba respuesta alguna a mis preguntas, me

observaba como si le gustase verme sufrir. Nuevamente lo mire y le cedi el

paso. Tenia ganas de golpearlo fuertemente y caer nuevamente frente a el

hecha un mar de llanto.

Volvi a avanzar con mas calma hacia la salida de la facultad cuando Angeles

me alcanzo. No tenia ganas de platicar. Me limite a dejarla que me acompañara

hasta el departamento. En la puerta nos quedamos paradas, yo para un zombi

mas que una persona.

-Debes dejar que te de su explicacion-me dijo Angeles.

-¿Que explicacion Angeles?-respondi llena de furia-Si parece que el al igual

que su papa ya tomo la decision de dejarme-las lagrimas volvian a salir sin

control.

-Solo descansa esta mañana Meg-me dijo Angeles mientras me abrazaba-

deja que Adrian hable de nuevo con mi tio-suspiro.

-¿Por que no me das "el tiro de gracia" ya-volvi a contestar molesta-tu sabes

lo que sucedera Angeles, me prometiste decirmelo, solo hazlo- Angeles se

quedo callada un largo momento, parecia que ordenaba sus ideas y buscaba

una forma sutil de decirme, lo que acabaria por destrozar mi corazon.

-Se marcha el martes-contesto triste-procura no seguir enojada con e por que

de ti depende que este sea el ultimo fin de semana especial-sus ojos

comenzaron a llenarse de lagrimas.

Abri la puerta de mi departamento ydespedi de ella. Ahora solo queria

dormir y no volver a saber nada de nadie. Queria que todo fuese una terrible

pesadilla. Que abriria los ojos y volveria a comenzar el dia de hoy.

Me recoste en la cama y comence a desear con todas mis fuerzas que

Adrian estuviese conmigo. Si estos serian nuestros ultimos dias juntos no queria

que el Dr. Borella me robara mas horas al lado de la persona que tanto amaba y

que tendria que dejarme con el corazon hecho añicos. Tocaron a la

puerta y me levante con prisa. La abri y ahi estaba el. Me observo toda triste y

con los ojos inflamados de tanto llorar. Paso sus manos por mi rostro y me

beso la frente. Pude sentir como caian un par de lagrimas en mi rostro. Lo tome

de la mano y lo guie hasta mi habitacion. Se recosto. Lo abrace como si no

quisiera dejarlo ir nunca y entre las lagrimas que no dejaban de salir me quede

profundamente dormida. Queria soñar nuetro final feliz.

27.3.09

Capitulo 6. Nuestro Sitio especial.

Un pequeño rayo de sol entro por mi ventana y me ilumino el rostro.

Observe el reloj y vi que aun era temprano, sin embargo habia olvidado

comprar la noche anterior un poco de comida para los planes con Adrian. Me

levante y me di un deliciosos baño, a pesar de que se podia ver el sol, al parecer

el dia era frio. Amaba el lugar, el clima. Sentia como el agua caliente caia sobre mi

rostro.



Me arregle y fui a comprar un poco de pan. Quizas unos sandwiches,

algo sencillo y practico. recorde que tenia una pequeña caja de flan

instantaneo, tal vez lo haria y de regreso comer un poco. Asi que en casa me

apresure a arreglar todo y tener tiempo para arreglarme. habia hecho todo a

tiempo. Toco la puerta, la abri y ahi estaba el, el hombre de mis sueños, el

dueño de mi corazon.

-Buenos dias-me dijo sonriente mientras estaba en el umbral de la puerta.

-Pasa, hace un poco de frio-le dije mientras comenzaba a cerrar la puerta.

Me tomo entre sus brazos y me beso, suave y tiernamente. Era imposible

recordar las cosas cuando me tenia a su lado.

-¿Que es todo esto?-pregunto mientras observaba la mesa.

-Unas cuantas cosas para nuestra mañana de pic-nic-le dije mientras tomaba

mi chamarra.

Tomo la pequeña canasta en sus manos y partimos. Al llegar al primer piso me

tomo de la mano y beso mi cuello. Eran chispas lo que provoca en mi cuerpo,

como si sus labios fueran un transmisor de corriente electrica. Se dirigia a su

automovil cuando lo jale un poco de la mano de la cual veniamos tomados.

-A donde vamos es cerca-le dije sonriente.

Nos acercamos a la avenida y cruzamos. A lo lejos pudo ver el pequeño parque

saturado de arboles. Nos adentramos hasta toparnos con la mesa que en

aquella ocasion habia encontrado.

-Hemos llegado-le dije sonriente.

Puso la canasta sobre la mesa y observo el lugar, comenzo a dar una vuelta

sobre su propio eje, estaba igual de impactado que cuando yo conoci el lugar

por primera vez.

-Es un sitio muy lindo-me dijo mientras se acercaba a mi.

-Realmente lo es ¿verdad?-le sonrei.

-Es imposible que no lo conociera-seguia observando las copas de los arboles-

-¿Asi que este es tu lugar especial?-me pregunto mientras se sentaba en el

banco.

-Lo es-dije mientras una sonrisa se iluminaba en mi rostro.



Nos sentamos en la pequeña mesa y comenzamos a desayunar.

Podriamos escuchar el cantar de las aves, el sonido de las ramas al moverse

juntas con el viento. Si bien se sentia un inmenso frio, por la humedad de los

arboles, junto a el no importaba nada mas. Nos acercamos al pequeño arroyo y

nos sentamos en una enorme piedra, uno al lado del otro, escuchando el

sonido del agua correr. De pronto comenzo a susurrar.

-Si la vida fuera otra y la muerte llegase entonces, te amaria hoy, mañana...

por siempre....todavia-tomo mis manos y las beso, lo mire a los ojos y

respondi:

-Jamas moriria tampoco nuestro amor.... pero el tiempo no es necesario

nuestro amor es eterno-le sonrei.

-Benedetti seguramente se infartaria si leyera como hemos cambiado su

poema-comento mientras veia como corria el agua.

-Benedetti estaria feliz, por saber que el amor que inspiro ese poema, es el

mismo amor que nos une ahora-lo bese en la frente.

-¿Es posible que lugares tan bellos existan?-me tomo entre sus brazos y

acomodo mi cabeza en sus piernas.

-Lo estamos observando, viviendo, palpando, oliendo-un profundo suspiro

termino mi frase.

Me acomode de nuevo en sus piernas y nos dedicamos a escuchar por unos

minutos mas el sonido de la naturaleza. Era feliz, siempre que estaba con el.

No tenia ninguna duda, solo sabia que lo amaba, que lo amaba con locura

como sabia que el me amaba a mi. Solo queria seguir viviendo el presente.



Eramos el uno para el otro. Estaba hecha para amarlo y el estaba hecho

para amarme.

Una gota de lluvia de pronto cayo en mi rostro. Y sin un simple aviso

mas, la lluvia se dejo llegar. Nos levantamos rapidamente de la piedra donde

estabamos y nos acercamos a la mesa. Comenzaba a guardar las cosas con

prisa pero por un momento sostuvo mi mano y una enorme sonrisa dibuja su

rostro.

-¿no te encanta sentir el frio de la lluvia en tu rostro?-me pregunto mientras

alzaba su cara. Alce mi rostro y deje que la lluvia lo mojara. Di vueltas sobre

mi propio eje con los brazos extendidos mientras sentia las frias gotas en mi

piel. En la ultima vuelta me tomo entre sus brazos y me beso, me beso con una

enorme pasion que hizo que mi cuerpo temblara.

-Si no me gustaba, a partir de ahora sera mi favorita-le susurre al oidi y alce la

vista de nuevo.



Tomamos la canasta y corrimos de prisa al departamento, ambos nos

encontrabamos empapados. Al llegar al edificio nos quedamos unos momentos

parados frente a el departamento de Angeles, ambos escurriamos agua, no

teniamos ni una pequeña parte de nuestros cuerpos seca. Nos miramos y

comenzamos a reir a carcajadas.

-Seguramente lo sabia-le comente mientras subiamos las escaleras.

-No lo dudes ni un solo momento-me tomo de la mano.



Al llegar al departamento corri rapidamente por un par de toallas.

Nuestros ojos brillaban, brillaban de amor y de la pasion que guardabamos por

dentro. Comence a secar mi cabello y quitarme la ropa mojada.

-Creo que sera necesario que me de un baño-le dije timidamente-¿Quieres

acompañarme?-baje la mirada. Dude por un momento, quizas era demasiado

pronto, tal vez pensaria otras cosas sobre mi. Y cuando estaba a punto de

voltear y decirle que me habia equivocado, me abrazo por atras, beso mi cuello

y me susurro:

-No pienso mal de ti, no es demasiado pronto y yo tambien lo deseo-. Sus

palabras hicieron estremecer mi piel y comenzamos el camino a la regadera. El

vapor comenzo a volver difusa la imagen, ambos nos introducimos en la

regadera y sentiamos el agua caliente correr por nuestro cuerpo. De pronto sus

manos acariciaban mis hombros y ambos nos miramos fijamente a los ojos.

Alce mis braoz y deje que me quitara aquella blusa sin mangas que tenia

puesta, el alzo los suyos e hice lo mismo. Poco a poco ambos nos

desprendimos de nuestras ropas, hasta quedar totalmente desnuedos. Mordio

su labio y me abrazo, dejamos que el agua caliente cayra sobre nuestros

cuerpos. Y nos hundimos en un gran beso, un beso que hacia vibrar mi piel.

-Aunque te quiero y deseo contodas mis fuerzas-comento despues de

besarme-no quiero demostrarte mi amor en una regadera-sonrio timidamente.

Alce la mirada y lo bese. Quizas tenia razon, solo nos estabamos limitando a

conocer nuestros cuerpos. Lo abrace, apague el agua y ambos nos envolvimos

en nuestras respectivas toallas.



En lo que yo corri a mi habitacion a ponerme algo de ropa comoda y

caliente para el frio. El se quedo en el baño. Le busque unpar de pants de los

mas grandes que me quedaban y mi sudadera favorita, bueno la sudadera

favorita de papa. Amarre mi largo cabello y me acerque al baño, toque la puerta

y le entregue las cosas. Me dirigi a la cocina a poner un poco de cafe. Era

increible lo que nos habia sucedido. Estaba feliz, enamorada. Mi cuerpo

temblaba y no podia dejar de sonreir. Sabia que todo habia sucedido por algo y

que eso era algo correcto, por qur cuando amas con locura como lo hacia yo,

la razon quedaba en el olvido.



En silencio nos sentamos a tomar cafe en el comedor. Aunque sabia que

lo sucedido era lo correcto, no podia verlo a los ojos, esta de mas decir que era el

primer hombre que me habia visto desnuda y si bien yo habia visto a hombres

desnudos definitivamente no habia sido junto a mi y en mi regadera.

-¿Cambiaran las cosas?-me pregunto preocupado y desconcertado. Aunque

me costo alce la mirada. Nuestros ojos se vieron frente a frente y me limite a

contestar:

-Me gusta tu cuerpo hermoso que se completa con tus sentimientos, el estar

contigo me lleva al cielo-pude sentir como mis mejillas comenzaban a

sonrojarse y sentia como la sangre corria rapidamente por todo mi cuerpo,

como estremecia cada parte de mi cuerpo su simple mirada, su presencia a mi

lado.

Me tomo las manos y las beso. Alzo mi rostro con sus delicados dedos y

nuevamente me vi perdida en su mirada. Toco mi cabello, que aun se

encontraba humedo. Sonrio. Sus ojos podian decir todo. Me amaba de la

misma forma que yo a el y eso realmente me llena de emociones encontradas,

pero todas positivas. No habia mas duda.

-Gracias por haberme dado el mejor dia de mi vida-me comento sonriente.

Me quede callada y respondi a su sonrisa con una tambien.

Nuevamente nos perdimos en un largo beso. Ambos avanzamos hacia mi

habitacion y nos recostamos. El resto del dia nos dedicamos a compartir las

miradas con las luces pagadas. Y aunque mi mente simpre se encontraba

llena de pensamientos, de ideas, de dudas. Esa tarde todo dentro de mi fue

paz y calma. Una tarde que nunca habia tenido. Una tarde que siempre iba a

tener presente e iba a recordar.

25.3.09

Robert Pattinson se autocritica

Segun publica Yahoo Cine:

El nuevo ídolo de las adolescentes, Robert Pattinson, no se considera ni tan guapo ni tan buen actor como lo creen sus admiradoras.

El rival de Zac Efron en lo que concierne a ganarse el corazón de las más jóvenes, no deja de criticar su propia actuación en "Twilight". Así es, considera que tiene la cara plana y que la escena en la que le toca besar a su compañera de reparto fue extraña a la par que complicada. Y es Robert se queja de que su cabeza no dejaba maniobrar a la cámara y su tupé engominado al máximo no le permitía mucha libertad de movimiento. Su autocrítica no termina ahí... Dice que en el film parece demacrado, que sus manos son femeninas y que sus cejas, excesivamente retocadas, lucen iguales que las de Kristen Stewart. Todos estos comentarios son los que ha grabado el propio actor en el DVD de Twilight que se acaba de estrenar. ¡Cuántos desearían tener su "poco agradecido" físico!
Pero Pattinson podrá preocuparse demasiado por su aspecto, pero al parecer, no se preocupa lo suficiente por su higiene. Según ha reportado un miembro del equipo de rodaje de Twilight al show americano E-Entertainment, el olor del actor es tan fuerte que es una locura trabajar con él.
Una prueba más de que a veces las estrellas no son lo que parecen...

24.3.09

Capitulo 5. Un secreto que guardar.

Y volviamos a la rutina escolar. Con muchas mas ganas de las

normales. Llegamos juntas Angeles y yo a la Facultad y el hombre de mis

sueños ya se encontraba sentado en la banca justo atras de la mia. Queria

correr a sus brazos, pero debiamos guardas por un tiempo nuestro amor. El dia

paso normal. Nos dedicabamos a hablar de las clases, a apuntar mas cosas de

lo normal puesto que dos dias se habian perdido y los Doctores no querian que

fuera tiempo que no habia valido la pena. El jueves y viernes paso

rapidamente. No hablabamos de otra cosa mas quie de la escuela. Aunque

nuestras miadas decian mas que mil palabras.



El viernes por la tarde tenia una serie de libros que ir a comprar. Porque

al parecer Angeles y Adrian sabian la lista de memoria y los tenian desde hacia

tiempo.

-Supongo que querras comprar todo lo que tienes apuntado en esa lista-

comento Angeles mientras señalaba mi pequeña libreta.

-Asi es, estaba a punto de preguntarles sobre una libreria cercana-

-Nosotros te llevamos-dijo Adrian.

-Me parece perfecto,supongo no seran libros pequeños y temia tener que

cargarlos de regreso a casa-sonrei timidamente.



Nos acercamos a su carro. Aquel dia que me llevo a la cabaña no habia

puesto atencion. Tenia un hermoso Jetta blanco de 4 puertas, sin embrago

parecia que habia suficiente en el, aunque no era un auto de carreras,

podria dar la impresion de serlo, sin embargo yo sabia tanto de carros como de

poesia, claramente nada. Me quede perdida en mis pensamientos mientras

ibamos a la libreria, en esta ocasion habia pedido el asiento trasero. De pronto

senti una opresion en mi pecho. ¿Estabamos en lo correcto? ¿Debiamos

seguir con esta situacion de quedarnos con las ganas? No sabia por que de

pronto ya no me sentia segura de este amor. De este instantaneo amor.

Senti una mirada, voltee y era el viendo desde el espejo retrovisor, sus ojos se

veian tambien llenos de dudas, quizas pensaba lo mismo que yo, tal vez sentia

lo mismo que yo en estos momentos. Tome el relicario que Angeles me habia

regalado y cerre los ojos.

-¿Y que esperan para decirmelo?-la voz de Angeles rompio el silencio.

-¿Decirte que?-sonamos al unisono Adrian y yo.

-Jaja, ¿ahora hasta para contestar son el uno para el otro?-pregunto Angeles-

Decirme que son novios en tal solo dos simples dias de conocerse y que se

mueren de ganas por gritarlo al mundo, eso. ¿Cuando piensan decirmelo?-

volvio a preguntar. Yo voltee a ver de que manera sorpresiva a Adrian y espere que

el diera la respuesta.

-¿Acaso contigo no se puede guardar ni un simple secreto?-contesto Adrian.

-Aja! Lo sabia, sabia que no era una locura, lo vi, lo vi en tus ojos cuando fuiste

por mi y lo vi en la cara de Meg cuando fui a su casa-dijo sonriente-nunca he

fallado en mis premoniciones-rio picaronamente.

-¿Premoniciones?-pregunte sorprendida.

-No le hagas caso Meg, siempre he dicho que esta loca-me respondio Adrian.

-Tan loca, que el domingo que me visitastes te recorde que habia soñado que

encontrarias a una mujer de la que te enamorarias en el momento de verla y

mira que la encontrastes-sonrio mientras me observaba.

-¿Me pueden decir de que diablos hablan?-volvi a preguntar.

-Angeles tiene algo hereditario de mi Tia Penelope, su madre, algo asi como un

"don" que hace que sueñe con cosas que pueden suceder en un futuro, ella te

vio venir hace tiempo y tambien vio lo que sucedio el martes-me respondio

apenado.

-¿Todo lo que sucedio el martes?-pregunte apenada.

-Megara!!! te cuentan que tengo cierto "poder sobrenatural" y tu en vez de

espantarte y decir ¿con que tipo de personas extrañas estoy? ¿Te preocupa

que yo supiera todo lo sucedido el martes?-grito Angeles-si que eres una chica

extraña-rio a carcajadas. Me limite a mirarla e intentar entender la situacion.

Sim embargo era algo que no me ompactaba, lo habia visto en peliculas, lo

habia visto en reportajes del Discovery Channel, no era algo nuevo, ni de

miedo.

-¿Y soñaste esto?-pregunte dudosa.

-Es extraño. No son sueños constantes o seguidos. Me pasa por momentos y

a veces no se si son sueños premonitorios o simple y sencillamente sueños-

-Pues debe ser muy confuso-conteste.

-Lo es, pero a fin de cuentas llegas a acostumbrarte-dijo resignada.

-Bueno chicas. Creo que llegamos-comento Adrian.

Paramos frente a un hermoso edificio que parecia estar ubicado en el centro.

Antiguo, enorme.

-Esta es la mejor Biblioteca de Medicina con que cuenta esta ciudad-me

comentaba Adrian mientras tomaba mi mano. Le sonrei y bese la mejilla.

Entramos y buscamos los libros necesarios, los compre con los ahorros que

mama me habia enviado. Mientras esperaba en la caja que el joven me

entregara mi recibo, sin darme cuenta comence a jugar con mis manos el

relicario que llevaba puesto.

-Asi que tu fuiste la otra elegida por Angeles-me dijo Adrian mientras tomaba

mis manos y observaba el relicario.

-Si, me dijo que hace tiempo te habia regalado uno igual a ti-le dije pero veo

que tu no haces caso a sus instrucciones, ya que no lo veo contigo-le dije

mientras señalaba su pecho.

-¿no crees que me veria muy afeminado con algo asi en el cuello?-me dijo

mientras hacia gestos en su rostro-prefiero traerlo conmigo en mi llavero-saco

las llaves de su bolso y ahi estaba, el mismo relicario en forma de corazon-

siempre esta conmigo, tal como Angeles me lo pidio-.

Nos quedamos mirandonos el uno al otro. De pronto el joven nos interrumpio y

nos entrego la nota. Vimo que Angeles se acercaba con una montaña de

libros, le abrimos espacio y esperamos el pago de su compra.



El resto de la tarde transcurrio entre bromas y risas. Los tre realmente

nos llevamos muy bien. Adrian nos llevo a comer helado y visitar los parques

cercanos de la ciudad. Angeles llevaba una camara y nos hizo tomarnos miles

de fotos entre los tres. Realmente disfritaba cada momento con ellos. Eramos

como una pequeña familia. Comenzo a oscurecer, sabi que era hora de que

volviera a casa, papa llamaria y no queria colver a causarle otra molestia en la

misma semana.



Al llegar a los departamentos. Adrian nos ayudo con la montaña de libros

que ambas habiamos comprado, primero con los de Angeles que vivia en el

primer piso y despues conmigo.

-¿Te la has pasado bien?-me pregunto Adrian mientras acomodaba los libros

en la mesa.

-De maravilla-respondi con una sonrisa.

-¿Que piensas hacer mañna?-comenzo a acercarse a mi.

-De hecho tenia pensado llevarte a un lugar que conozco-le dije mientras lo

tomaba de las manos y me acercaba a su rostro.

-¿Ah si?-me respondio sorprendido-la turista me llevara a un lugar que conoce-

me dijo y mordio sus labios.

-Si, es cruzando la calle-le dije mientras soltaba sus manos y las pasaba

alrededor de la cintura. Nos fundimos en un beso. Un beso deseado desde

hacia dos dias. Era como si nuestros labios se hubiesen necesitado todo ese

tiempo.

-Pasare por ti temprano-susurro a mi oido sin dejar de abrazarme.

-OK, entonces preparare el desayuno-le sonrei.

Nos acercamos a la puerta. Me beso mi frente, era como su señal de

despedida.

-Te quiero Meg-dijo al alejarse.

-Y yo a ti-le susurre en forma que leyera mis labios.



Era extraño tener que aparentar las cosas frente a la gente. Sim embargo

cuando estabamos a solas, los dos, era como si no nos vieramos en meses.

Me daba gusto saber que Angeles ya lo sabia y que al menos frente a ella no

debiamos aparentar nada. Sin embargo lo que Angeles me habia contado esa

tarde me habia dejado impactada. Y me llenaba de angustia. Debia hablar con

ella, tal vez ella soñaria el dia que Adrian decidiera dejarme o cuando nuestro

amor terminari y aunque no queria que llegase ese momento, me gustaria

estar preparada para ello. Lo habia decidido, despues de que papa marcara

bajaria a el departamento de Angeles y hablaria con ella.



Sono el telefono. Platique los ultimos detalles de la semana con papa, le

comente que habia ido a comprar mis libros y que mañana me dedicaria a

pasar cosas en limpio de la escuela, se escuchaba tranquilo y me comento que

no me preocupara si ese fin de semana no sabia de el, iba a ir de caza con su

amigo Oscar y probablemente volverian el domingo por la noche. Le desee

buen viaje y nos despedimos.



Me asome por la ventana y una neblina intensa habia bajado. Me puse

la chamarra mas abrigadora que tenia y baje al departamento de Angeles.

-Meg, estaba pensando ent i-me dijo Angeles al abrir la puerta-pasa, pasa-

comento mientras se alejaba de la puerta y entraba en la cocina.

-Estoy haciendo chocolate-me comento-toma asiento donde encuentres-rio

timidamente. Su departamento era obviamente del tamaño que el mio;

solo que mucho mas amueblado, tenia un comedor, su pequeña sala y todo un

cine en casa, una television enorme, una gama de dvd´s y tambien unas

bocinas enormes, todo lleno de las miles de bolsas con las que habia subido

aquel dia al regresar de su viaje. Asi que mejor opte por sentarme en una silla

del comedor.

-Justamente te iba a telefonear para que bajaras-me dijo mientras se acercaba

a mi con un par de tazas de chocolate-¿Te gusta con malvaviscos?-pregunto

señalando al bolsa de la mesa.

-Si, gracias-me acerco la bolsa y comenzamos a tomar chocolate-esta

delicioso-le conteste.

-Lo se-rio timidamente-creo que es la unica especialidad en cuanto a cocina-

bebio un sorbo-asi que...¿A que debo tu visita inesperada?-sonrio.

-Pues creo que ahora si ha aparecido la Megara llena de dudas que querias

encontrar en el automovil por la tarde-le dije sonriente.

-Vaya chica!! Tu si que eres realente extraña-dijo un poco aturdida-¿Cuales

son tus dudas Meg?-pregunto mientras volvia a darle un sorbo a su chocolate.

-¿Como supiste que yo era la chica para

Adrian?-

-No lo se Meg, me miro seria-simplemente lo supe, una noche soñe que

vendria una persona con tus caracteristicas y que esa persona estaba

destinada para Adrian-se encogio de hombors y continuo con su chocolate.

-Es que no se Angeles-dije angustiada-esto con Adrian ha sido tan inesperado

para mi, tan irreal que tengo miedo que termine de la misma manera que

comenzo, asi de precipitado-

-Eso no sucedera Meg-dijo muy segura-mis premoniciones nunca fallan,

cuando mis padres fallecieron lo supe una noche antes-contesto un poco

triste-y muchas cosas mas han sido ciertas, supe lo del financiamineto de mis

padres por un sueño, vi este departamento en un sueño,nunca falla-

-Prometeme algo-le dije angustiada-el dia que sueñes que lo mio con Adrian

se vuelve tormentoso ¿me lo diras?-

-Mmm esta bien-contesto resignada-peroaunque te lo diga, no creo qu

puedas hacer algo en contra de eso-

-¿Por que?-me embargo la duda.

-Si Meg-dijo dudosa-si me enterara que lo de ustedes se vuelve tormentoso, de

todas formas tendrian que seguir viendose en la facultad, no podrias alejarte-

-Lo se- dije seria mientras bajaba la mirada-pero tal vez lo podriamos

solucionar ¿no crees?-

-Quizas-respondio triste-Yo quise solucionar lo de mis padres, les rogue

enormemente por que no viajaran pero mama dijo que contra el destino no se

lucha-encogio los hombros.

-¿Crees que es correcto Angeles? ¿Crees que es correcto lo mio con Adrian?-

pregunte desesperada.

-Es el destino Meg-sonrio mientras acariciaba mi mano-no luches contra el,

solo deja que se cumpla-

Continuamos tomando el chocolate. Tal vez Angeles tenia razon. Quizas no

deberia angustiarme aun. Tal vez cosas buenas y hermosas nos deparaban a

mi y Adrian.

-Solo disfruta el presente-me sonrio Angeles-no te angusties, ni agobies, solo

disfruta ese enorme amor que se tienen-

Aunque queria que sus palabras me consolaran, esa espina seguia dentro de

mi. Tenia miedo un enorme miedo al amor, un enorme de separarme de

quien me completaba en muchos aspectos. Miedo a la incertidumbre. Y eso era

mas extraño aun, por que nunca habia sentido algo asi, aunque si analizaba

con mas detenimiento nunca habia estado realmente enamorada y ahora

entendia el por que a veces se decia que el amor dolia, por que yo estaba

segura que amaba intensamente a Adrian, pero me dolia tanto el no saber

que sucederia.



Termine mi chocolate y me despedi de Angeles.

-Supongo que mañna no nos veremos-sonrio.

-Saldre con Adrian-la mre timidamente.

-Lo se-me dijo seria-lo soñe anoche-sonrio.

-¿Le gustara el lugar?-pregunte.

-Aunque no creas, no lo conoce y le encantara-me dio un abrazo.

Cuando me acercaba a las escaleras Angeles me miro,volteo rapidamente a la

mesa y me dijo:

-Meg, guarda eso en tu cuarto, cerca de la cama-me avento la caja pequeña y

unas carcajadas sonaron.

-¿Que es?-pregunte mientras tomaba la caja.

-Algo que necesitaras, lo tuve en un sueño-

La mire, abri la caja y se encontraba repleta de preservativos, la volvi a mirar

-¿Es una broma verdad?-le dije con un rostro un poco espantado.

-Jaja, sinceramente no lo soñe,pero quizas los necesites en algun momento-rio

a carcajadas.

-Que descanses Angeles- la mire un poco sonrojada y me lleve la caja

conmigo.



Lo soñaria. Me preocupaba eso, sabia que el dia que Adrian y yo

tuvieramos un acercamiento, ella lo soñaria. Mis mejillas se encontraban muy

sonrojadas. Observaba la caja entre mis manos y comence a reir. Angeles si

que estaba loca pero quizas eso podria suceder, somos jovenes, yo vivo sola,

llevabamos un noviazgo por mucho que decir descomunal y veloz. Yo lo queria ,

el me queria. Podria suceder. Volvi a observar la caja y me sonroje. Entre a mi

departamento. Me puse el pijama y acomode la caja junto a mi buro. La mire y

sonrei. Supongo que no pierdo nada con ser precavida. Apague la luz y me

dispuse a dormir.

22.3.09

Capitulo 4. Inseparables.

Al dia siguiente abri mis ojos y una sonrisa ilumino mi dia. Y aunque

escuchaba la lluvia tras mi ventana, todo en mi cara era completa felicidad. Por mi

mente volvian una y otra vez las imagenes de aquel bello momento. Era feliz,

estaba enamorada.


La facultad seguia en huelga y al parecer mas tarde regresaria Angeles.

Tenia miles de cosas que contarle. No queria levantarme de la cama, solo

queria seguir recordando el momento. De pronto estaria lleno de preocupacion y

enojado. Mientras me acercaba al telefono iba pensando en todos y cada uno

de los pretextos que pondria.

-¿Si?-conteste aun con la voz adormitada.

-¿Cuanto tiempo durara la huelga Megara? Pero sobre todo ¿Cuando tenias

pensado avisarme?-escuche la voz de papa llena de molestia.

-Apenas me entere ayer papa-conteste tranquila- y no se tiene contemplado

que tiempo, asi como puede terminar hoy, puede ser mañana, dentro de una

semana o quizas un mes-un bostezo repentino salio de mi boca.

-Ayer ¿Donde estuviste ayer si no hubo clases?- su voz aun sonaba molesta.

-Angeles y Adrian me llevaron a conocer un poco la ciudad-una pequeña

mentira no hara daño pense.

-Estuve marcando por mucho rato. Me tuviste con demasiado pendiente-dijo

preocupado.

-No te preocupes papa estoy bien. ¿Mama aun no se ha puesto en contacto

contigo?-quise cambiar de tema drasticamente.

-Supongo llamara mas tarde, le dare el numero para que este en contacto

contigo-callo un momento-Megara procura enterarte que tiempo estara la

huelga, si es largo quiero que estes en casa a mas tardar mañana-

-pero papa-conteste resignada y pense un largo rato, solo podia escuchar

nuestras respiraciones al telefono-esta bien, me alistare e ire a preguntar a la

facultad- una mueca se forjo en mis labios.

-Cuidate Meg, te extraño y te quiero-

-Yo igual papa-

Colgamos el telefono y estuve parada junto a el un largo rato. Era de pensarse,

siempre he pensado que cuando ries mucho al dia siguiente la tristeza se

vuelve a apoderar de ti.



Prendi el CPU y mientras cargaba comence a arreglarme. Puse la

musica a todo volumen y me servi un gran tazon de cereal. Me sente al

comedor mientras sonaba la musica. Comenzo a sonar0" La Vie En Rose" de

Louis Amstrong por inercia me levante de la silla y comence a bailar

alrededor de la pequeña sala mientras deseaba intensamente ver a Adrian.

Moria por besar de nuevo sus labios y por estar toda la tarde recostados en mi

cama viendo peliculas. Lo deseaba con tantas fuerzas, con las mismas fuerzas

con que desee aquella ocasion que lloviera para que se atrasara el vuelo de

mama. Y de pronto tocaron a mi puerta.



Me asome por la ventana contigua y no podia creerlo. Era el, con una

pequeña cajita. Era el con un regalo. Me acerque a la puerta y la abri. Nos

miramos fijamente y ambos nos ruborizamos, creo que aun no podiamos creer

lo que estabamos viviendo.

-¿Puedo pasar o me dejaras aqui fuera todo el dia?-me miro mientras daba

un paso adelante, sonrei y lo deje pasar.

-Bienvenido a mi humilde hogar-dije mientras señalaba el pequeño

departamento.

-Muy acogedor-me dijo mientras acercaba sus labios a mi frente y los besaba-

te traje un pequeño presente-extendio sus manos con la pequeña caja. Antes

de tomarla decidi cerrar la puerta, la lluvia comenxaba a salpicar nuestros pies.

-Toma asiento-le dije señalando una de las sillas del comedor.

-Abre tu regalo por favor-contesto mientras tomaba su lugar.

-¿Sabes? Es injusto, yo no tengo un regalo para ti-dije un poco decepcionada.

-No puedes darme un mejor regalo mas que el hecho de que correspondas a

este loco amor- sonrio y volvio a señalar la caja.

La tome entre mis manos y comence a deshacer el moño. La abri con cuidado

y dentro de ella se encontraba una caja un poco mas pequeña con una

orquidea dentro. No podia creerlo. Las orquideas eran mis flores favoritas.

-¿Como lo supiste?-pregunte impresionada.

-No lo se-rio burlonamente.

-Gracias-lo mire y me acerque lentamente a sus labios. Un simple roce y

parecia que salian chispas entre los dos.

-tambien traje peliculas-me dijo mientras alejaba mi rostro de el.

-Asi que esta tarde estaremos encerrados-comente un poco decepcionada.

-Meg, el clima no esta a nuestro favor-dijo un poco serio-a parte debemos de

disfrutar el ultimo dia de descanso, papa me comento que mañana

reanudaremos las clases-

-¿Y Angeles? ¿Cuando regresa?-

-Hoy por la noche, motivo tambien por el cual debemos aprovechar el momento

a solas-me dijo mientras tomaba mi mano.

-OK-lo mire y sonrei.



Asi que el dia volvia a ser perfecto. Una tarde completamente para los

dos, no tendria que regresar con papa porque mañana volveria a clases y no

estaria preocupado porque el momento en que marcara estaria aqui

encerrada. Prepare unas palomitas y nos fuimos a acomodar todo a mi

habitacion. De nuevo el sueño se repetia, habia deseado estas cosas y

nuevamente se estaban cumpliendo. Y eso me mantenia feliz.

-¿Y que peliculas tienes pensado que veamos?-

-Unas cuantas-comenzo a buscar en su mochila los dvd´s-"Lo que el viento se

llevo","Cumbres borrascosas","Romeo y Julieta" y "Antes del Amanecer".

-Vaya-respondi sorprendida-no sabia que eras un romantico empedernido-

-Considere que estos titulos eran perfectos para una tarde de lluvia con mi

novia-me miro mientras rodeaba sus brazos un mi cintura.

-Tu novia-susurre-ese si que es un lindo titulo. Y cerramos nuestra breve

conversacion en un largo y exquisito beso.



La tarde paso rapidamente. Todas y cada una de las peliculas tenia su

historia de amor. De momentos me quedaba viendolo fijamente. No podia creer

que habia sido cautivada por tan perfecto ser. No podia creer que el se viera

cautivado por mi. Verlo recostado en mis piernas, sentir suave y lacio

cabello entre mis dedos. Comentabamos de todo de las peliculas, la historia, el

amor. Seco unas cuantas lagrimas derramadas cuando alguna escena me

conmovia.



Y asi aquel ultimo dia de "descanso" por asi decirlo paso tal lo cual

queria. Al lado de aquella persona que ahora completaba mi vida. Que

llenaba el vacio de mi alma. Que me hacia sentir que este presente me

gustaba para siempre. Y en aquella tranquilidad de forma repentina sono su

celular.

-Hola papa-contesto mientras se levantaba rapidamente de la cama y se dirigia

a la sala. me levante tras el y lo observe desde la puerta de mi habitacion

dando vueltas mientras hablaba por el celular.

-Si, estoy en su casa-dijo mientras me observaba y le sonreia-jugando domino

como todos los martes-volvio a mirarme y mi sonrisa se borro, entre

rapidamente a la habiatcion para que no lo notase.¿Por que mentia? ¿Acaso

el mundo aun no estaba preparado para saber nuestro amor? ¿Le daba pena

decir ante la gente que era "su novia"? y comence a recordar la llamada que

tuve en la mañana con papa, yo tambien habia mentido y quizas por la misma

razon que el. Solo teniamos un dia de conocernos. Escuche su voz a lo lejos.

-Si papa, ya se que debo ir por ella, quedo en mandarme un mensaje al llegar a

la central de autobuses-¿Ella?....Angeles!! claro, lo habia olvidado. Llegaria

dentro de un par de horas.

-Yo tambien-lo escuche decir y el sonido de sus pasos se acercaba a la

habitacion, yo ya me encontraba acomodada en la cama y con el control en la

mano para seguir viendo nuestra ultima pelicula, solo quedaba media hora se

ella. Se acerco a mi y me beso tiernamente mientras sus dedos se enredaban

en mi cabello. Me abrazo y susurro a mi oido:

-No te molestes, ni te agobies, recuerda que aun no estan preparados-

-¿No estan preparados?-le conteste mientras retrocedia mi rostro se sus

labios y lo miraba fijamente a los ojos.

-Asi es Meg. Nuestros papas aun no estan preparados para decirles que sus

hijos adolescentes que tienen dos dias de conocerse estan perdidamente

enamorados-me dijo y volvio a besar mis labios. Le sonrei. ¿Por que siempre

sabia decir las palabras exactas que respondian a mis dudas? No lo podia

entender. Me sonrio y acaricio mi mejilla.

-Recuerda amor mio-me dijo mientras mordia sus labios- tu y yo solamente lo

sabemos y ya, no te insistas en intentar entender las cosas, solo dejalas fluir-y

nuevamente un beso hizo que las dudas desaparecieran. Es como si tuviera

una cierta magia en sus labios, en sus palabras que al momento de tocarme,

de besarme, hacian que las penas se fueran, que las dudas no me agobiaran,

que por instantes el mundo se detuviera solo para ver que el tiempo nos

tomase en cuenta a nosotros.



Se recosto de nuevo en mis piernas y terminamos de ver la pelicula y al

instante un mensaje llego a su celular. Me miro y puso un rostro de tristeza.

-Asi que supongo termino la velada-respondi

-Debo ir por ella-me dijo un poco desilusionado.

-Lo se tontuelo-le sonrei y bese la frente.

-Mañana a clases ¿no?-me miro mientras se levantaba de la cama.

-¿A tomar el rol de compañeros?-pregunte al no saber como actuar mañana.

-Supongo-me dijo dudoso mientras extendia su mano para levantarme de la

cama-hasta que el mundo se encuentre preparado y menos juicioso-

sonrio. Lo acompañe hasta la puerta. La llevia continuaba. Nuevamente un largo

beso se fundio en nuestros labios.

-Te quiero Megara-me dijo mientras me abrazaba por la cintura.

-Y yo a ti Adrian-respondi con la voz nerviosa.

-Creo que de ahora en adelante seremos inseparables-me dijo mientras

recorria unos mechones de cabello de mi frente.

-Inseparables hasta que amor nos lo permita-respondi. Se alejo de mi y me

envio un beso a lo lejos. Cerre la puerta. No lo podia creer. Lo queria, me

queria. Un enorme suspiro salio de mis pulmones.



me acerque al telefono y marque a papa para informarle que mañana

comenzaarian de nuevo las clases y que iria a visitarlo como habiamos

quedado. nuevamente lo engañe y comente que habia pasado la tarde viendo

peliculas sola en casa. No queria angustiarlo con la idea de que su pequeña

tenia casa sola y novio tan pronto. No abrian pasado mas de media hora

cuando volvieron a tocar la puerta. Estaba segura que era Angeles, asi que ni

decidi asomarme por la ventana.

-Hola Meg-

-Hola Angeles, me imaginaba que eras tu,pasa-

-Asi que este es el hogar de mi vecina-hablaba mientras caminaba y

examinaba mis cosas-pocas cosas pero muy acogedor-.

-Gracias-le dije mientras sonreia-¿Que tal tu viaje?-

-De lujo!-contesto contenta-ir a ver a mi tia Constanza es llenar mi closet de

ropa-movia muy alegremente unas cuantas bolsas que traia en sus manos.

-Que bien-respondi alegre.

-Y te traje un pequeño detalle-me dijo mientras revoloteaba una bolsa grande

roja.

-Oh Angeles no te hubieras molestado-pensaba que hoy habia recibido un par

de regalos y eso me hacia corresponderles moralmente con uno a cada uno de

ellos.

-Toma-me entrego una pequeña cajita-es como una reliquia familiar-me dijo.

La abri lentamente, contenia un relicario en forma de corazon, un hermoso

relicario plateado con su cadenita. Dentro de el un espacio para una foto y al otro lado una leyenda que decia alguna frase en griego que no supe descifrar:

Η τύχη μας έχει ενώσει για πάντα Me habia quedado sin palabras.

-Es lindo ¿no crees?-

-Es mas que eso Angeles, es... es realmente hermoso-seguia sorprendida por

el detalle-muchas gracias, creo que es demasiado, muchisimas gracias-

-Es solo una joya vieja de la familia Cota-contesto como si no valiese nada.

-Es increible, gracias. pero no crees que debe quedarse con tu familia, de

todas formas no tengo una fot que poner dentro de el-conteste un poco triste

al no poder mostrarle al mundo mi gran amor por Adrian.

-Bueno, era el relicario que mis padres usaban-contesto un poco triste-aparte

el primer relicario tiene un par de años que lo regale-una sonrisa se ilumino en

su rostro-es como si el relicario me dijera a quien regalarselo.

-¿Y por que tus padres dejaron de usarlos? Son hermosos-conteste mientras

seguia observando con detenimiento mi pequeño y valioso regalo.

-Toma asiento Meg-me dijo mientras suspiraba-la familia Cota es un gran

relato-



Ambas nos sentamos en el comedor y Angeles me conto su historia.

Hacia dos años atras sus papas habian fallecido en un accidente

automovilistico mientras venian de regreso de ver a un viejo conocido de

la familia. Ella se habia quedado como siempre con su tia Constanza y

precisamente aquela noche antes de que sus papas partieran a su viaje, le

entregaron ambos relicarios a Angeles. Le dijeron que podia hacer con ellos lo

que quisiera y que en el momento en que pensara en regalarselos su corazon le

daria una suficiente razon para saber alegri a los nuevos dueños de esos

relicarios.

-Es como si mis papas supieran que de regreso moririan-me dijo un poco triste.

Asi que desde el momento en que sus papas fallecieron. Quedo a cargo de su

tia Constanza, hermana de su mama y tambien hermana del Dr.Borella.

Ahora entendia la relacion de ellos y el por que eran primos.

-Asi que pase un largo año viviendo con la tia Constanza en lo que se veia

todas las situaciones "financieras" de mis padres-dijo con una voz de

frustacion-y si bien es lindo vacacionar con mi tia es un martirio vivir con ella-

rio a carcajadas.

Al año se entero que tenia un fidecomiso que sus papas habian creado para

ella. Asi que sin pensarlo mucho hablo con su tio Adrian y decidio mudarse a

Xalapa. Compro su departamento y termino sus estudios de Bachillerato aqui.

Estaba cerca de un familiar que se "hiciera responsable de ella" en lo que

cumplia su mayoria de edad y vivia en total libertad.

-Y esa es mi historia-sonrio al verme.

-No se que decirte-la mire un poco timida.

-Es facil-me sonrio-Que usaras ese relicario y que pronto le pondras una foto-

-Claro que lo usare-le conteste contenta-pero... ¿Puedo saber a quien le

regalaste el otro relicario?-

-Si-contesto mientras revoloteaba en otras bolsas-a mi primo Adrian-

-¿A Adrian?-respondi impactada.

-Asi es, senti exactamente lo que me dijeron mis padres, una simple y sencilla

corazonada, tal como la senti contigo-sonrio y siguio revoloteando.



Quizas nuestro destino si era estar juntos. Angeles habia sentido ambas

corazonadas. Ambos nos amabamos intensamente pero sobre todo ambos

pareciamos marcados por el destino, un destino que nos queria hacer

inseparables.

-¿Y que hiciste toda la tarde?-pregunto Angeles.

-Ver peliculas-sonrei-sabes el dia estuvo muy lluvioso-.

-¿No piensas enseñarme el resto de tu hogar?-comento Angeles mientras

observaba mi habitacion al fondo.

-Pasa, sabes que aqui eres completamente bienvenida-le dije mientras

señalaba a mi cuarto. Se levanto rapidamente de la silla y observo desde la

puerta todo.

-Muy acogedor-me dijo mientras seguia observando. Entro a la habiatacion. Yo

seguia sentada en el comedor observando el relicario. Cuando de pronto

escuche a Angeles gritarme:

-Megara!!! ¿En que momento pensabas decirme que Adrian estuvo aqui toso

el dia?-comentaba mientras caminaba hacia mi con los dvd´s.

-¿Como lo supiste?-pregunte nerviosa.

-Por esto-comenzo a poner los dvd´s en el comedor-estas son las favoritas de

Adrian-

-Bueno-conteste nerviosa-pense que el te comentaria cuando fuese por ti a la

central-una carcajada ruidosa salio de su boca.

-Son increibles- dijo moviendo la cabeza como insinuando un no- solo llevan un

par de dias de conocerse-

-Solo somos amigos Angeles-le dije seria.

-Claro-volvio a sonreir.

-Debo irme, tengo un monton de ropa que acomodar-comenzo a acomodar sus

bolsas en manos-sin embargo te dejo una tareita-sonrio picaronamente.

-¿Una tareita?-

-Si, mis padres decian que ese relicario guarda una gran historia. Que todos

aquellos que los tenian era por que el destino estaba marcado por los Dioses,

ya sabes cosas de griegos, puro bla bla bla-

-¿Y esa es mi tarea?-

-no querida, tu tarea es que busques la historia de esos relicarios-me dijo.

Se acerco a la puerta y salio. Mientras se despedia me dijo:

-Despues de que la leas deberias comentarsela a Adrian-comenzo a bajar

las escaleras-jaja solo amigos. Hoy me hiciste reir como nunca Meg-escuche

decir a lo lejos mientras bajaba las escaleras a su departamento.

-Mañana paso por ti para ir a la facultad-grite-Que descanses-.



Estaba decidida a buscar la historia, pero vi el reloj y eran las 22:30.

Mañana si habria clases asi que decidi dejar la busqueda para despues. Al fin

que con Angeles cerca no tendria tanto tiempo a solas con Adrian. Seriamos

nuevamente los tre amigos del "Club de los no queridos". Seria como el primer

dia de clases.