31.3.09

Capitulo 9. Despertar

Abri los ojos para ubicarme. Me encontraba en mi vieja habitacion

en la casa de papa. Ultimamente me habia refugiado en los sueños. De pronto

reaccione y recorde que despues de la llamada de papa habia ido a por mi, tomo

toda mi ropa y habia decidido que debia regresar a casa. Llevaba exactamente

3 dias entre dormir y solo despertar para hacer mis necesidades, para hacer creer

a papa que me encontraba bien.


Entre sus cuestiones laborales y mi depresion no habia tenido la

oportunidad de hablar con el. Se levantaba para ir a trabajar y me dejaba

dormida, yo me levantaba por mero compromiso con mi padre a hacerle de

comer, por lo tanto a la hora que el salia del trabajo y llegaba a cenar me volvia

a encontrar dormida. En una de las tantas mañanas que me encontraba

haciendole de comer a papa marcaba a el numero de Angeles, sin ningun exito.

Solo queria saber si se encontraban bien. El no saber nada de ambos hacia

que mi tortura fuera mas dificil.


Observe el reloj que tenia a mi lado. Eran las 13:00 en punto, debia de

levantarme y comenzar a hacerle de comer a papa. Hoy habia decidido charlar

con el. Era tiempo y no queria seguir manteniendolo con preocupacion, en un

par de ocasiones lo escuche hablar con mama que ya no sabia que hacer

conmigo, que solo me la pasaba durmiendo. No me agradaba tener asi a mi

padre, este sufrimiento era suficiente para mi, no queria compartirlo.


Me levante y arregle. Al salir del baño me observe en el espejo, no podia

creerlo, era otra persona. Mi rostro no reflejaba ni siquiera un rayito de alegria,

tenia los ojos hinchados y un par de profundas ojeras bajo ellos. Mi rostro se

veia demacrado y lleno de tristeza. Las horas pasaron y yo continuaba

haciendo las labores de la casa, tenia que buscar alguna forma de

entretenerme y no volver a caer. Durante la limpieza de la casa observe el gran

librero que tenia papa en la sala. Me detuve y observe todos y cada uno de los

libros. Necesitaba concentrarme en alguna lectura, tenia en cuenta tambien

que no me pasaria limpiando la casa todo el dia.

No escuche cuando papá abrió la puerta. Estaba sumergida observando los libros, buscaba algo

que me hicieran sonreír o al menos me tuviera en suspenso. Definitivamente no buscaba una

historia trágica amor, con la mía era mas que suficiente. De pronto escuche sus pasos y di un

brinco. Cuando voltee papá se encontraba parado junto a una silla del comedor. Me observo y

sonrió. -Me da gusto no encontrarte dormida pequeña- se acerco a mi y me beso la frente. Solo

me limite a sonreír. Nos dirigimos en silencio a la cocina. Prepare el comedor y después de un

rato reaccione.

-¿Qué haces aquí papá?- pregunte un poco confundida.

-Es sorprendente saber que no estas perdida en el limbo y tienes conciencia del tiempo y

especio- sonrío un poco –solo vine a ver si te encontrabas bien y aprovechar a comer contigo- se

sentó en el comedor. Comencé a llevar la comida a la mesa y me senté junto a él.

-Tu madre te ha mandando saludos- dijo mientras se servia un poco de agua.

Yo procuraba mantenerme en silencio y solo asentar con la cabeza. Ambos pasamos parte del

tiempo callados, hasta que el rompió el silencio con la pregunta que no tenia ni la mas minima

gana de responder.

-Entonces- suspiro –todo esto que te sucede es por enamorarte de quien te dije te alejaras ¿no?-

me miro mientras comía.


Supuse que en algún momento mamá le contaría que me encontraba así por la desilusión


del primer amor y todo eso pero ahora que todo había pasado debía cuestionarle muchas cosas a

mi papá, como esas, el por que no quería que me relacionaría con Adrián y Ángeles pero sobre

todo lo que había tenido presente hasta en sueños, aquellas palabras del Dr. Borella llenas de

tanto rencor contra los Kostas.

-¿Podemos posponer esa conversación para la noche?- comente mientras comía –debo poner en

orden todas mis ideas y volver a analizar las cosas para poder platicarlas contigo-

-Prometes que no te encontrare dormida- tomo mi mano –realmente me tienes preocupado

Megara-

-Lo sé papá- pase mi mano por mi cabello – es solo que tengo miles de preguntas para ti,

respecto a todo-

-Lo suponía- contesto preocupado –tienes razón, la conversación será larga- siguió comiendo.

Ambos terminamos de comer y me levante a recoger la mesa. Papá se despidió de mi. De pronto

me vi sola de nuevo en casa.


Me senté frente al televisor a cambiar de canales sin nada interesante que observar.


Observe el teléfono en muchas ocasiones sin embargo algo me impedía acercarme y marcar para

saber si Ángeles estaba de nuevo en su departamento. Después de levantarme del sillón y volver

a sentarme en múltiples ocasiones, me llene de fuerza, me acerque y marque. Sonó un par de

ocasiones y de pronto escuche su voz. Ángeles ya estaba en su casa. No lo podía creer. Me quede

por un largo momento callada y solo escuchaba la voz de Ángeles hasta que ella misma se quedo

en silencio y pregunto:

-¿Megara? ¿Eres tu? Por favor, si eres tu contesta- nuevamente me quede callada y comencé a

llorar, suspire profundo y conteste:

-Si Ángeles, soy yo- a pesar de que se escuchaba mi voz entrecortada una sonrisa iluminaba mi

rostro.

-¿Cómo estas? Me da tanto gusto saber de ti- escuche su voz alegre –subí a tu departamento

ayer y te marque pero nada de ti ¿estas con tu papá?-

-Así es- me limite a contestar -¿Cómo esta él?- pregunte ansiosa. Un silencio se hizo, pareciera

como si algo terrible hubiese pasado y Ángeles no quisiera decirme.

-¿Esta bien verdad?- mi voz se escuchaba con tono preocupado.

- Dentro de lo que cabe- contesto Ángeles. Todo paso por mi mente, quizás también se

encontraba lleno de tristeza como yo y hacia las cosas por mero impulso o tal vez Ángeles

tampoco sabia nada de él solo lo necesario.

-¿Te puedo pedir un favor?- pregunte.

-Claro Meg, lo que necesites-

-¿Estas en contacto con él? ¿Podrías darle mi numero para poder charlar?- volví a preguntar.

-Meg- contesto con tristeza –mi Tío no me deja hablar con él, de hecho batalle mucho para que

me dejaran volver aquí-

-Pero ¿se encuentra bien?- contesto preocupada.

-Si lo esta- dijo triste. Ambas nos quedamos en silencio. ¿Tanto era el odio? ¿Por qué nos odiaba

tanto el Dr. Borella?

-Bueno Ángeles- conteste triste –este el numero de mi papá, creo que estaré un largo tiempo

aquí- conteste resignada.

-Me ha dado mucho gusto saber de ti Meg- dijo Ángeles.

-A mi también- una sonrisa se ilumino en mi rostro –si te pones en contacto con el …-

-Te llamare- me dijo tranquila.

-Gracias-

Nos despedimos y la llamada termino. Me asome a la ventana y pude ver los rayos del sol.

Dentro de mi solo quedaban miles de ganas de seguir llorando. Nuestro amor se alejaba y parecía

que no había manera de volver a estar en contacto. Contemplaba la ciudad y recordaba aquella

mañana en que el sol me había despertado y me encontraba junto a él. Mi corazón se entristecía.

La horas pasaban y pasaban lentamente y yo sentada en aquel sillón, simulando ver la

TV. Deseaba que papá saliera pronto del trabajo y pudiéramos charlar. Estuve a punto de volver

a la cama y dormir, definitivamente el día me iba mucho mejor mientras dormía. Mi vida en

sueños era junto a Adrián, reviviendo una y otra vez aquellos momentos felices. Me acurruque

en el sillón. Quería a papá, lo necesitaba en ese momento. Cerré mis ojos y comencé a desear

tenerlo a mi lado, necesitaba que contestara a mis preguntas y decirle todo lo que sentía. Escuche

como abría la puerta. Nuevamente había llegado antes, aunque para mi estando sola en la casa

había sido una eternidad, realmente solo fueron un par de horas.

Papá se asomo a la sala y me vio arrinconada en aquel sillón. Toco mi cabello y se sentó en

el extremo contrario del mismo sillón.
-

Aquí estoy pequeña- dijo mientras me observaba. Me levante rápidamente y lo abrace, no podía

contener mas las lagrimas.

-¿Por qué duele tanto amar?- le dije entre sollozos mientras lo abrazaba. Acaricio mi cabello y

acomodo mi cabeza en forma que quedara recostada sobre él.

-No lo se hija- me dijo mirándome fijamente –solo se que el verte así a mi también me mata de

dolor- seco una lagrimas de mi mejilla.

- Se que tal vez estés totalmente decepcionado de mi- le dije –papá te juro que no era mi

intención enamorarme, solo sucedió- por mas que quería poner las ideas bien en mi mente

parecía que todo se revolvía junto con mis lagrimas.

-No estoy decepcionado Megara- su voz se escucha tranquila –en cuestiones del corazón, la

razón siempre permanece callada- beso de nuevo mi frente.

-Papá- me acomode a su lado y lo mire fijamente -¿De donde conoces al Dr. Adrián Borella?- me

observo y bajo la mirada.

- Tenia tanta razón- movió la cabeza diciendo que no –es tiempo que sepas de del pasado de los

Kostas- me miro fijamente y acaricio mi rostro.

4 comentarios:

vicky dijo...

Nooo!!!!!
esta genial, pero...
Cúal es la historia de los Kostas? y Adrian, que pasa con él? donde esta? como esta?

Gaby dijo...

¿por qué? ¿por qué nos haces esto?
por lo visto vicky esta igual de enganchada que yo, todos los dias llego corriendo a mi computadora para leer el siguiente capitulo, pero cada dia me dejas mas en suspenso me muero de ganas de saber cual es la historia de los kostas y los borella creo qe por fin mañana voy a saberla, esta historia esta GENIAL de verdad felicidades!!! pero por favor ya no nos dejes en suspenso

Gaby dijo...

Por cierto soy de mexico asi que lo leo despues!! por la diferencia de horarios y eso es muy frustrante!!

vicky dijo...

Ya sé que necesitas tiempo para escribir y no debe ser fácil por que la historia es muy buena y lleva su tiemppo, pero...
Necesito más,a que hora cuelgas los capitulos? llevo todo el día mirando y nada.
Te felicito por tu trabajo, es realmente bueno.besos

Gaby vamos a tener que aprender a ser pacientes y nuestra paciencia será recompensada