Al abrir los ojos pude sentir que Adrian seguia recostado conmigo. Me
levante hacia su rostro y lo bese. tenia un terrible dolor de cabeza y si bien no
queria hablar de lo sucedido, debia de hacerlo. Me observo y sonrio. Volvio a
pasar sus manos por mi cabello.
-Solo te pido-le dije mientras me acurrucaba contra su pecho-que me des
miles de sonrisas en estos ultimos dias contigo-
Comenzo a moverse y nuestros rostros quedaron de frente. Tomo mi
rostro entre sus manos y me beso. Sin embargo es esta ocasion no podia
concentrare en el solo hecho de besarlo y dentro de mi solo retumbaba un
¿Por que ? ¿Por que ?. Buscaba respuesta a todo, para todo y por mas que
indagaba no lograba encontrarla.
-Muchas veces soñe encontarme a alguien como tu-me dijo mientras
observaba mis ojos-yo soy quien te quiere, quien te llora, quien te anhela-
unas lagrimas escurrieron por sus ojos-no preguntes el ¿Por que?, ni yo lo se-
-No puedo no preguntarme el por que Adrian-le dije mientras alejaba mi rostro
del suyo y me acomodaba en la cama-tu padre me dio la peor de las excusas y
realmente me gustaria saber la verdad-me cruce de brazos y baje la mirada.
Un enorme silencio se hizo entre vosotros y vi como mi habitacion se hacia tan
grande como el profundo sentimiento de odio que comenzaba a albergar contra
el Dr. Borella.
- No lo odies por buscar mi bien, recuerda que es mi padre-me miro
tiernamente. Comence a mover la cabeza negando y suspire.
-Solo mienteme Adrian-dije resignada y lo mire con ojos llorosos-solo
dime lo que quiero oir, no me des mas lagrimas y dame una solucion-
nuevamente baje el rostro y comenzaron a rodar las lagrimas por mis mejillas-
inventa para mi un gran y bello final feliz-nuevamente se hizo el enorme silencio.
Se acerco a mi y comenzo a besar tiernamente mi mano y subio poco a
poco hasta llegar a mi hombro. Mi cuerpo se comenzo a estremecer y pude
sentir escalofrios.
-Eres lo que tanto esperaba, lo que todo pedia- susurroa mi oido.
Sus labios recorrian mi cuello y sus manos se enredaban rapidamente
alrededor de mi cintura. Mis manos abrazaron su cuello y tocaban tiernamente
su cabello. Bajo su rostro hasta mi blusa, alzo la mirada entre tantas
sensaciones solo asenti con la cabeza y cons sus dedos finamente desabrocho
boton por boton de mi blusa y de forma instantanea mis manos comenzaron a
alzar su playera. De pronto nos vimos desnudos unidos por el amor. Las
sabanas y mi habitacion guardaron nuestro secreto. Nuestros cuerpos se
fusionaron entre si y pude sentir como cada poro de mi cuerpo se hacia uno
junto con los suyos. Me era imposible pensar, mi cuerpo y mente estaban
conectados a los suyos y solo eran miles de sensaciones que aunque queria
describir eran indescriptibles. Por un breve momento fuimos uno solo. Cerre los
ojos y me deje llevar, si esta era la primera y ultima vez que estariamos juntos
no queria pensar en nada, solo vivir el momento.
Cuando volvi a tomarconciencia de las situaciones, me vi junto a el
desnuda; y aunque era extraño, me sentia completamente feliz. Senti el calor de
su cuerpo junto a el mio, oli su cuerpo y sonrei.
-El destino lo sabia y te puso ante mi- me susurro mientras acariciaba mi
cabello. Puse mis manos en sus labios.
-Solo cierra los ojos y perdamonos en nuestro sueño-le dije-mañana sera otro
dia y entonces volveremos a nuestra triste realidad-cerre los ojos y lo abrace
con fuerza. Ambos caimos dormidos nuevamente. No queriamos despertar
pero sobre todo no queriamos olvidar.
A la mañana siguiente un rayo de sol me desperto. Me levante y me
envolvi entre las sabanas, sali con mucho cuidado de la cama para no
despertarlo. Me asome por la ventana y el dia estaba precioso, hacia semanas
que no se notaba ni un poco de calor y ese sabado era diferente, el sol era
reluciente y la gente que caminaba por las calles se veia con ropa fresca. Corri
a la cocina y comence a preparar el desayuno. De pronto senti sus manos
sobre mi cintura.
-Si eres tan hermosa ¿Por que te cubres tras una sabana?- pregunto mientras
olia mi cabello. Voltee y lo bese.
-Aunque este es el mejor de los sueños-le dije mientras lo abrazaba-necesito
que me digas nuestra realidad-lo mire a los ojos.
-Esta es nuestra realidad Meg-me beso la frente.
Volvi a abrazarlo y olerlo, no queria olvidar su olor, no queria olvidarlo. Lo tome
de la mano y nos dirigimos de nuevo a mi habitacion. Sin pena, me pare frente
a el y me despoje de la sabana, me encontraba desnuda frente a el. Lo mire y
senti como me sonrojaba.
-Siempre sere tuya- lo mire y señale mi cuerpo-siempre tuya-. Se acerco a mi,
levanto la sabana y me envolvio con ella. Acaricio mi cabellos y susurro a mi oido:
-Te Amo Megara-. Mi cuerpo se estremecio, me amaba tanto como yo a el. Y
ahora no solo nos amabamos sino que tambien nos perteneciamos.
Comenzamos a vestirnos y nos fuimos a desayunar. Nuestras miradas
decian mas que mil palabras. Y no podiamos dejar de sonreir. Sin embargo
debia bajarme de la nube. Debiamos hablar.
-¿A donde te iras?-pregunte mientras bebia la taza de cafe- ¿Podremos seguir
en contacto?- le mire con preocupacion.
-Grecia- respondio secamente.
-No hay distancias grandes para nuestro amor-respondi con una semi sonrisa.
-No lo entiendo Meg- me dijo mientras dejaba el tenedor cerca de su plato-no
me dio ninguna razon que valiera la pena- dio un pequeño golpe en la mesa.
Lo observe. Quizas el Dr. Borella pensaba que yo no era la mujer ideal para su
hijo. Tal vez el buscaba a alguien con mas clase para el. Probablemente yo
no llenaba sus requisitos de extravagancias y cosas refinadas, solo era una
chica que habia corrido con la suerte de tener la ascendencia griega y punto.
Tomo mi mano y me observo.
-¿Realmente piensas eso?-
Su pregunta me desconcerto y me quede callada. Por un momento pense que
habia podido escuchar todo lo que pensaba, pero no quera comenzar a idear
otras cosas en mi mente. Debia enfocarme en la situacion.
-Pienso miles de cosas Adrian- segui con mi taza de cafe.
Si bien no podia retenerlo a mi lado. Queria estar segura que la distancia
no nos separaria. Y sabia perfectamente que Grecia no era ir a la vuelta de la
esquina pero yo esperaria por el y contaba con que el esperara por mi.
El fin de semana paso como agua y al darme cuenta ya era lunes.
Ambos habiamos decidido en la mañana no pisar la facultad. Suponia que el Dr.
Borella sabia donde se habia escondido su hijo todo este tiempo, sin embargo
no habia dado ni una seña de vida. Quizas le habia concedido a Adrian este
ultimo fin de semana conmigo. Estaba sentada en el comedor desayunando
cuando salio de mi habitacion. Su rostro estaba lleno de tristeza y aunque yo
queria hacerme la fuerte me era imposible, ambos sabiamos que eran nuestras
ultimas horas juntos. Me tomo de la mano.
-Quiero que la ultima sonrisa que vea en tu rostro sea en nuestro sitio especial-
me levanto de la silla y abrio la puerta del departamento.
Salimos del departamento y el clima estaba un poco fresco. Caminamos
tomados de la mano y en silencio todo el camino. Llegamos a nuestro sitio
especial y nos sentamos en la banca, en esa banca que nos vio demostrar
nuestro amor muchas veces.
-Estare contigo aunque estes lejos de mi vida- le dije y sonrei.
-Siempre estaras conmigo Megara- me abrazo.
Y aquel momento de felicidad en unos instantes se volvio tormentoso. El cielo
comenzo a nublarse y unos pasos se escuchaban venir a nosotros a lo lejos.
Pude vislumbrar entre los arboles el cuerpo del Dr. Borella. Adrian se
puso frente a mi, como intentandome defender de su padre. Ambos quedaron
de frente.
-Te he permitido toda tu corta vida Adrian-dijo con gran molestia-que hagas y
deshagas miles de tonterias, pero en esta ocasion me llenaste el plato-
Su voz se escuchaba llena de furia.
-No me iba a quedar asi-respondio molesto- si me alejas de ella tenia que
disfrutarla aunque fuese unos dias-su voz se entrecorto-¿Por que te empeñas
en separarnos?- le grito lleno de odio.
El Dr. Borella bajo su rostro. Por un momento pense que habia entendido la
situacion y todo volveria a ser como hasta hace un mes. Se acerco a Adrian y
lo tomo del brazo, dejandome sin defensa alguna. Temblaba de miedo, no tenia
idea de que me haria. Se paro frente a mi, sus ojos reflejaban furia.
-Ya una vez los Kostas me arrebataron a quien ame con todas mis fuerzas-me
dijo- no permitire que otro Kostas me arrebate nuevamente a alguien a quien
amo-jalo a Adrian.
Estaba mas confundida que nunca. ¿El Dr. Borella conocia a algun familiar
mio? No entendia la situacion ¿Que amor le habia sido arrebatado? Me quede
impactada y mirando fijamente como el Dr. Borella jalaba con fuerza con fuerza a Adrian
mientras el intentaba zafarse de su brazo. Volvi en si al escuchar sus gritos, su
voz llena de dolor.
-Te amo Megara-gritaba Adrian con la voz entrecortada- volvere por ti, por
que nuestro destino es estar juntos-
Mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas. Reaccione y comence a correr
tras el, podia sentir como las lagrimas se difuminaban por mi rostro y corria con
fuerza. Al salir del parque me tomaron de los brazos dos personas que se
encontraban en la entrada y pude ver como al amor de mi vida lo introducian a la
fuerza en el automovil. Forcejeaba pero por mas que lo intentaba no podia
hacer nada mas.
-No me dare por vencida-le grite a Adrian-yo quiero un mundo contigo y se
que valdra la pena esperar-segui forcejeando hasta que cai sin fuerzas sobre
el suelo y con los ojos hechos agua vi como aquel automovil se alejaba con el
amor de mi vida dentro de el. Vi como Angeles corria hacia mi y la mano del Dr.
Borella la detuvo. No podia dejar de llorar y gritar mientras estaba hecha
pedazos en aquella banqueta.
Alce mi rostro y lo vi. Vi al Dr. Borella subir con Angeles a otro automovil.
¿Tambien me quitaria a mi mejor amiga?. Un grito ahogado salio de mi boca
-¿Por que? ¿Por que me hace esto?- sentia que mi mente daba mil vueltas y
no tenia a menor idea de que era lo que estaba sucediendo. Las personas que
me habian detenido me dejaron ahi y comenzaron su camino al ver como partia
el automovil con el Dr.Borella y Angeles dentro.
No sabia que hacer. Me sentia vacia. ¿Que estaba sucediendo? ¿Por
que nos habian separado? No sabia que hacer ni que pensar. De pronto la
lluvia comenzo a caer sobre mi y despues de un tiempo reaccione. Seguia
tirada en la misma banqueta donde me habian dejado aquellas personas,
observando ahacia la nada. Mi cuerpo temblaba, de frio y de tristeza. Podia
sentir el latido de mi corazon, lento, como si no tuviera ganas de seguir
viviendo.
Me levante y comence a caminar por inercia a mi departamento. Por
mi mente viajaban una y otra vez las escenas. En mi rostro no se veia la
diferencia entre la lluvia y mis lagrimas. Llegue al edificio y observe el
departamento de Angeles, intente asomarme por la ventana pero todo se veia
oscuro. Subi las escaleras y abri la puerta de mi departamento. Me sente en la
silla del comedor y suspire profundo, aun se encontraba su aroma. Estuve
sentada en aquel lugar como una hora, sin pensar en nada, sollozando y
escurriendo el agua de mi cuerpo.
Por un momento desee que mi papa estuviese ahi, necesitaba de el, de
sus consejos, de un abrazo. Observe el telefono y le marque.
-¿Diga?- sono la voz de mi papa.
-Te necesito-dije con la voz entrecortada.
-¿Megara? ¿Que te sucede? ¿Te encuentras bien?- pregunto preocupado.
-No papa-dije llorando-quiero regresar a casa, me encuentro mal y con algo
importante que contarte-.
Helga Schneider - Déjame ir, madre
Hace 10 años
1 comentario:
Esta genial la historia, pero que pasa con ellos? que misterio entrañan esas familias?
Espero con muchas ganas los siguientes capitulos, estoy enganchadisima
Un saludo!!!
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