El semestre continuo su curso y conello las semanas. Cuando me di
cuenta estaba ya en la ultima semana de mi primer mes en Xalapa. Ese fin se
habia quedado marcado y pactado con papa para ir a visitarlo pero
precisamente hacia unos dias atras se habia comunicado conmigo para
decirmeque tendria que esperar 15 largos dias mas para verlo de nuevo. El
trabajo se encontraba muy flojo y yo habia estado gastando excesivamente en
la escuela. Si bien pude haberle dicho que viajaba con el dinero que mama
habia ahorrado para mi, una gran parte de mi no queria dejar a Adrian. Sabia
que si me marchaba un fin de semana, se volveria el fin de semana mas largo
de toda mi existencia.
El dia despues de que habia conocido a Adrian no solo su cuerpo sino
tambien nuestro sitio especial, mama se habia puesto en contacto conmigo.
Sentia una menor carga de conciencia puesto que mi mama tenia mi entera
confianza y encontrandose tan lejos de mi debia estar al tanto de todo lo que a
su hija adolescente le sucedia. Asi que mama sabia perfectamente que estaba
enamorada de Adrian. Que si bien apenas nos acababamos de conocer lo
nuestro era tan inmenso y fuerte que no necesitabamos una vida para
conocernos, por que con una simple mirada lograbamos saber lo que cada
uno pensaba pero sobre todo lo que cada uno sentia.
Me sentia tan llena y tan a gusto. Tan en mi lugar, en mi hogar. En mi
sitio. Lo mio con Adrian iba en mejora. Mi amistad con Angeles estaba mejor
que nunca. Los 3 disfrutabamos enormemente las tarde juntos, viendo
peliculas, comiendo, estudiando en mi sitio preferido. Angeles siempre salia a
la calle con una camara fotografica asi que teniamos miles de fotos de todos y
cada uno de los momentos que vivimos juntos. En una ocasion Angeles tomo
una foto donde posabamos Adrian y yo en nuestro sitio especial, en una tarde
cualquiera de estudio;luego nos daria la sorpresa de regalarnos una a cada
uno para ponerla en cada uno de nuestros relicarios.
Desde hacia una semana habiamos decidido entre los 3 que era tiempo
que el mundo conociera el gran amor que existia entre Adrian y yo. Asi que
habiamos decidido mostrar nuestro cariño frente a la gente, no nos ocultariamos
mas. Si bien la gente se sorprendia al vernos tomados de la mano caminando
por la facultad, a nosotros definitivamente no nos afectaba. Yo estaba mas que
emocionada de saber que ya no tendriamos que escondernos mas. Estaba
contenta por poder besar a mi novio al momento que se me diera la ana pero
sobre todo de caminar mano a mano con el en la calle.
Sin embargo aunque me veia rodeada de felicidad. Aun me quedaba la
espinita de no poder decirle a mi padre, la persona mas importante en mi vida
despues de Adrian, claro estaba, que estaba enamorada pero sobre todo
correspondida pero algo dentro de mi me detenia a haerlo todas y cada uno
de las noches que papa me llamaba. Era como si el mismo destino que nos
habia unido a Adrian y a mi impidiera que papa se enterase.
El viernes por la mañana al pasar por Angeles su semblante se notaba
con preocupacion. Durante el corto camino a la facultas no menciono ni una
sola palabra, comenzaba a causarme un poco de angustia el verla asi pero
tenia miedo a preguntarle. Al llegar al salon de clases fuimos avisados que el
Dr. Salas no llegaria por motivos personales asi que tendriamos 2 largas horas.
Adrian habia llegado un poco tarde ese dia.
-Necesito hablar seriamente con ustedes-nos dijo Angeles mientras se sentaba
en el escritorio principal.
-¿Es acaso lo que me temo Angeles?-le pregunte llena de enojo y tristeza a la
vez.
-Algo parecido Meg-su respuesta sono tan triste.
-Yo no se de lo que quieres charlar Angeles-contesto Adrian con mucha
seguridad-y creeme yo tampoco lo esperaba-tomo mis manos entre las suyas.
Me encontraba llena de confusion. Adrian habia tomado mis manos, por lo
tanto no dudaba de su propio amor por mi, pero ¿Que era el causante de toda la
tension que se sentia entre los 3?, ¿Por que ambos estaban tristes y a la vez
preocupados?
-Tranquilizate Meg-me dijo Adrian mientras dirigia su mirada a Angeles-no la
mantengas mas a la expectativa y solo diselo Angeles-
-Meg-suspiro-al parecer a mi tio no le agrada que nosotros estemos juntos,
bueno mas bien que tu y Adrian sean mas que amigos, creo que el hecho de
verlos en estas ultimas semanas juntos le hizo recordar ciertas cosas y
situaciones que no le parecen-me miro con mucha seriedad.
Mi mente se habia quedado en blanco. Asi que el Dr.Borella no me queria y
¿Cual era el problema? podriamos volver a ocultarnos, aunque esa idea no me
gustara del todo, pero se que podriamos volver a hacerlo. Sin darme cuenta
mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas y mi cuerpo comenzo a sentirse
debil. Me sente en mi banca. Adrian me abrazo.
-Aunque quisieramos volver a escondernos, ahora tal vez sea imposible-
susurro a mi oido. Mientras pudo observar como Angeles observaba a Adrian y
ambos asentaban con sus cabezas. Ella sabia mas. ¿Por que no
podemos volver a escondernos?-comenzaba a enojarme. Lo mire con los ojos
llenos de furia y dolor. Tome mis cosas y sali corriendo, pude escuchar al salir
del salon como Angeles me gritaba, no queria saber nada de nadie, llevaba mi
mente en blanco, no queria que mi fugaz historia de amor terminara de esta
manera. No podia ser posible, como algo tan bello, tan puro tuviese un final
turbio y triste. De pronto choque estrepitosamente con alguien, cai frente a sus
pies y todos mis libros salieron volando de la mochila, alce mi mirada llena de
lagrimas y era Dr. Borella. Nos miramos fijamente. El sabia que Adrian habia
charlado conmigo, se notaba en mi rostro.
-¿Que le he hecho?-me limite a preguntar entre sollozos.
-Creo que necesitas platicar con tu padre-me dijo con aquella voz seria como
si no le diera ni una pequeña gota de tristeza o aunque fuera lastima.
-¿Por que lo quiere alejar de mi?-volvi a cuestionarlo.
-Por que asi deben ser las cosas Megara-alzo su mirada y penso en el
pretexto mas absurdo que habia escuchado en años-a veces-me respondio-
ciertas personas se vuelven malas compañias-
Comence a recoger rapidamente mis libros y guardarlos como pude en la
mochila, el Dr. Borella seguia ahi parado, inmutado. Me levante y lo rete con la
mirada.
-¿En que momento uns persona que ha sido alabada por su excelente
promedio al entrar en esta facultad de Medicina se vuelve mala compañia?-
Se quedo callado. Y se limito a observarme por un momento. La situacion me
comenzo a incomodar, no daba respuesta alguna a mis preguntas, me
observaba como si le gustase verme sufrir. Nuevamente lo mire y le cedi el
paso. Tenia ganas de golpearlo fuertemente y caer nuevamente frente a el
hecha un mar de llanto.
Volvi a avanzar con mas calma hacia la salida de la facultad cuando Angeles
me alcanzo. No tenia ganas de platicar. Me limite a dejarla que me acompañara
hasta el departamento. En la puerta nos quedamos paradas, yo para un zombi
mas que una persona.
-Debes dejar que te de su explicacion-me dijo Angeles.
-¿Que explicacion Angeles?-respondi llena de furia-Si parece que el al igual
que su papa ya tomo la decision de dejarme-las lagrimas volvian a salir sin
control.
-Solo descansa esta mañana Meg-me dijo Angeles mientras me abrazaba-
deja que Adrian hable de nuevo con mi tio-suspiro.
-¿Por que no me das "el tiro de gracia" ya-volvi a contestar molesta-tu sabes
lo que sucedera Angeles, me prometiste decirmelo, solo hazlo- Angeles se
quedo callada un largo momento, parecia que ordenaba sus ideas y buscaba
una forma sutil de decirme, lo que acabaria por destrozar mi corazon.
-Se marcha el martes-contesto triste-procura no seguir enojada con e por que
de ti depende que este sea el ultimo fin de semana especial-sus ojos
comenzaron a llenarse de lagrimas.
Abri la puerta de mi departamento ydespedi de ella. Ahora solo queria
dormir y no volver a saber nada de nadie. Queria que todo fuese una terrible
pesadilla. Que abriria los ojos y volveria a comenzar el dia de hoy.
Me recoste en la cama y comence a desear con todas mis fuerzas que
Adrian estuviese conmigo. Si estos serian nuestros ultimos dias juntos no queria
que el Dr. Borella me robara mas horas al lado de la persona que tanto amaba y
que tendria que dejarme con el corazon hecho añicos. Tocaron a la
puerta y me levante con prisa. La abri y ahi estaba el. Me observo toda triste y
con los ojos inflamados de tanto llorar. Paso sus manos por mi rostro y me
beso la frente. Pude sentir como caian un par de lagrimas en mi rostro. Lo tome
de la mano y lo guie hasta mi habitacion. Se recosto. Lo abrace como si no
quisiera dejarlo ir nunca y entre las lagrimas que no dejaban de salir me quede
profundamente dormida. Queria soñar nuetro final feliz.
Helga Schneider - Déjame ir, madre
Hace 10 años
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