1.4.09

Capitulo 10. Borella vs Kostas

Me encontraba realmente sorprendida y sumergida en la historia. Como era posible que personas tan diferentes antes hubieran sido grandes amigos. Miraba a papá fijamente. No lo podía creer. El Dr. Borella siempre estuvo conciente de todo y papá también lo estaba.
-¿Así que ambos se enamoraron de la misma mujer?- pregunte sorprendida.
- Yo creía estar enamorado- dijo papá triste.

Toda había sucedido hace años, cuando papá y el Dr. Borella eran jóvenes, precisamente de la edad que tenemos Adrián y yo. Eran grandes amigos, ambos querían convertirse en médicos. Disfrutaban del ultimo verano en Grecia. Tenia planes de viajar a Alemania y estudiar medicina allá, en una de las mejores escuelas. Sin embargo esas vacaciones fueron el parteaguas del odio que ambas familias, a raíz de ellos se tomaría. Había conocido a una linda chica en la playa. Su nombre era Andrómeda. A ambos los había dejado impactados.
-Era realmente hermosa- dijo papá –como una Diosa-

Ambos hacían su lucha por quedar bien con ella. Hasta que una noche entre copas se dio la platica que no esperaban. Se confesaron que los dos querían algo con ella. El Dr. Borella había confesado esa misma noche que él se encontraba enamorado, totalmente enamorado de ella, por lo tanto papá había decidió dejar de lado el intentar algo. Si bien a papá le gustaba no podía sentir lo que el Dr. Borella describía, esas mismas sensaciones extrañas que sentía yo al observar a Adrián. Sin embargo Andrómeda ya había tomado una decisión y a quien quería no era el Dr. Borella.
El Dr. Borella agotaba todos y cada uno de sus intentos por conquistar a Andrómeda, sin ningún resultado positivo. Hasta que un par de noches antes de irse a Alemania, ella decidió confesarle que a quien quería era a papá. El Dr. Borella se lleno de odio por papá. El se encontraba enamorado de ella y mi papá había impedido su felicidad,, pero lo peor de todo tenia el corazón de lo que el mas deseaba en la vida y lo había logrado sin querer y sin esperárselo, Homero Kostas se lo había arrebatado, así como yo le había arrebatado el amor de su hijo, sin pedirle permiso. En ese momento fue como entendí aquello que el Dr. Borella me había dicho en el parque.


Aquella misma noche salio todo furico en busca de papá, iba manejando a toda velocidad mientras Andrómeda intentaba tranquilizarlo, sin lograr su objetivo. Al llegar a la casa de mis abuelos, le grito a papá, si bien se encontraba lleno de furia mi padre no tenia nada que ver, el se había alejado y le había dejado el camino libre, no podía mandar en el corazón de aquella mujer.
-El se encontraba incontrolable- comento mi papá –lleno de furia- nunca esperamos que Andromeda fuese a reaccionar de esa manera- dijo mi papá con voz de tristeza.

La casa de mis abuelos se encontraba en un acantilado que daba una hermosa vista del mar. Andrómeda al ver como golpeaba el Dr. Borella a papá se fue acercando hacia el acantilado. Se subió a la pequeña barda y les grito a ambos que pararan.
-Parecía un ángel- dijo mi padre con voz entrecortada –pero se volvió en un ángel suicida- bajo su mirada y unas lagrimas comenzaron a recorrer sus mejillas.
Al momento en que ambos dejaron de pelear, vieron a Andromeda parada en aquel sitio. Los observo y sonrío. Estiro sus brazos y la brisa del mar le hizo volar sus cabellos, sus largos cabellos ondulados. Papá y el Dr. Borella corrieron así ella, cuando Andromeda vio que se acercaban les envío un beso a ambos, sonrío y se aventó hacia el acantilado.

Cuando llegaron a ese punto había sido demasiado tarde. El amor del Dr. Borella había muerto y a quien hacia responsable de esa muerte era a mi padre. -Después de eso nunca mas volvió a dirigirme la palabra- me miro fijamente –los planes de medicina se borraron y mis padres junto con los de Adrián Borella con el afán de evitar algún altercado en Alemania,


decidieron enviarme a México a estudiar Contaduría- suspiro y miro hacia abajo. Fue una excepte venganza por parte de el Dr. Borella, papá ansiaba desde pequeño como yo ser Médico y sus sueños se había visto frustrados a raíz de la muerte que aquella chica y el corazón roto de quien entonces se era su mejor amigo.

Aquella situación había separado la gran amistad que existía entre los Borella y los Kostas.
-Siempre me ha culpado- dijo mi papa –por un momento realmente pensé que si era culpa mía- comenzó a jugar con sus manos –sin embargo con el paso del tiempo me di cuenta que esa había sido decisión de Andrómeda- me miro tiernamente –temía que tu fueses a tomar una decisión así- tomo mis manos.
Me quede un largo rato en silencio. Si bien yo no había pensado en la idea de un suicidio, me estaba matando con la actitud que tenia, estaba muriendo en vida, muriendo de tristeza y soledad, tal vez Andrómeda lo evito. Quizás no quiso vivir una vida junto a alguien a quien ella no amaba por que sabia perfectamente que si Adrián Borella estaba enamorado de ella, su mejor amigo Homero Kostas nunca tendría otra intención para con ella que no fuera de amistad. Observe mis manos entrelazadas con la de mi padre, lo mire y sonreí.
-Lo estoy haciendo ¿verdad?- nuevamente comenzaron las lagrimas –me estoy matando de dolor- le dije con voz entrecortada.

Continuamos conversando, papá me comento que cuando yo le dije que me llevaba con Adrián se había dado cuenta que en algún momento algo así sucedería, por el odio que el Dr. Borella sigue teniéndole.
-En algún momento, hace unos años, intente ponerme en contacto con él- comento mi padre –ya sabes cuando encontré a tu mamá y suponía que él había encontrado a alguien- dijo de cierta forma alegre –pero cuando supo de mi era como si hubiésemos viajado al pasado- miro hacia sus manos –al parecer el nunca lo superara- me miro.


Ahora entendía claramente todo. El Dr. Borella lo único que tenia era miedo, miedo de que otro Kostas le quitara el amor de su hijo. Si bien me encontraba tranquila, aun así por dentro me hundía un poco mas, por que eso indicaba que tardaría en volver a ver a Adrián, si es que

aun tenia la oportunidad de poder volver a verlo. Sin embargo no entendía. No entendía como el Dr. Borella siendo alguien tan influyente en la Facultad de Medicina me dejase entrar, sabia perfectamente que en un lugar como Xalapa, podía encontrarme con Adrián, conocernos. El pudo haber evitado todo con el simple hecho de no dejarme ingresar.

-Tu lo sabias- le dije seria –sabias que el Dr. Borella era quien dirigía la Facultad- papá bajo la mirada.
-Nunca pensé que tu te fueras a enamorar de su hijo- suspiro.
- Es ilógico- respondí molesta –si ambos lo sabían ¿Por qué diablos forzar a que nos conociéramos?- alce un poco mi voz.
-Nosotros no forzamos nada Meg- dijo papá –eso ya estaba marcado-

1 comentario:

vicky dijo...

OH! y ahora? la curiosidad me mata, no puedo esperar,es genial vaya historia,tengo que leer más mucho más.
Enhorabuena es... GENIAL