Y volviamos a la rutina escolar. Con muchas mas ganas de las
normales. Llegamos juntas Angeles y yo a la Facultad y el hombre de mis
sueños ya se encontraba sentado en la banca justo atras de la mia. Queria
correr a sus brazos, pero debiamos guardas por un tiempo nuestro amor. El dia
paso normal. Nos dedicabamos a hablar de las clases, a apuntar mas cosas de
lo normal puesto que dos dias se habian perdido y los Doctores no querian que
fuera tiempo que no habia valido la pena. El jueves y viernes paso
rapidamente. No hablabamos de otra cosa mas quie de la escuela. Aunque
nuestras miadas decian mas que mil palabras.
El viernes por la tarde tenia una serie de libros que ir a comprar. Porque
al parecer Angeles y Adrian sabian la lista de memoria y los tenian desde hacia
tiempo.
-Supongo que querras comprar todo lo que tienes apuntado en esa lista-
comento Angeles mientras señalaba mi pequeña libreta.
-Asi es, estaba a punto de preguntarles sobre una libreria cercana-
-Nosotros te llevamos-dijo Adrian.
-Me parece perfecto,supongo no seran libros pequeños y temia tener que
cargarlos de regreso a casa-sonrei timidamente.
Nos acercamos a su carro. Aquel dia que me llevo a la cabaña no habia
puesto atencion. Tenia un hermoso Jetta blanco de 4 puertas, sin embrago
parecia que habia suficiente en el, aunque no era un auto de carreras,
podria dar la impresion de serlo, sin embargo yo sabia tanto de carros como de
poesia, claramente nada. Me quede perdida en mis pensamientos mientras
ibamos a la libreria, en esta ocasion habia pedido el asiento trasero. De pronto
senti una opresion en mi pecho. ¿Estabamos en lo correcto? ¿Debiamos
seguir con esta situacion de quedarnos con las ganas? No sabia por que de
pronto ya no me sentia segura de este amor. De este instantaneo amor.
Senti una mirada, voltee y era el viendo desde el espejo retrovisor, sus ojos se
veian tambien llenos de dudas, quizas pensaba lo mismo que yo, tal vez sentia
lo mismo que yo en estos momentos. Tome el relicario que Angeles me habia
regalado y cerre los ojos.
-¿Y que esperan para decirmelo?-la voz de Angeles rompio el silencio.
-¿Decirte que?-sonamos al unisono Adrian y yo.
-Jaja, ¿ahora hasta para contestar son el uno para el otro?-pregunto Angeles-
Decirme que son novios en tal solo dos simples dias de conocerse y que se
mueren de ganas por gritarlo al mundo, eso. ¿Cuando piensan decirmelo?-
volvio a preguntar. Yo voltee a ver de que manera sorpresiva a Adrian y espere que
el diera la respuesta.
-¿Acaso contigo no se puede guardar ni un simple secreto?-contesto Adrian.
-Aja! Lo sabia, sabia que no era una locura, lo vi, lo vi en tus ojos cuando fuiste
por mi y lo vi en la cara de Meg cuando fui a su casa-dijo sonriente-nunca he
fallado en mis premoniciones-rio picaronamente.
-¿Premoniciones?-pregunte sorprendida.
-No le hagas caso Meg, siempre he dicho que esta loca-me respondio Adrian.
-Tan loca, que el domingo que me visitastes te recorde que habia soñado que
encontrarias a una mujer de la que te enamorarias en el momento de verla y
mira que la encontrastes-sonrio mientras me observaba.
-¿Me pueden decir de que diablos hablan?-volvi a preguntar.
-Angeles tiene algo hereditario de mi Tia Penelope, su madre, algo asi como un
"don" que hace que sueñe con cosas que pueden suceder en un futuro, ella te
vio venir hace tiempo y tambien vio lo que sucedio el martes-me respondio
apenado.
-¿Todo lo que sucedio el martes?-pregunte apenada.
-Megara!!! te cuentan que tengo cierto "poder sobrenatural" y tu en vez de
espantarte y decir ¿con que tipo de personas extrañas estoy? ¿Te preocupa
que yo supiera todo lo sucedido el martes?-grito Angeles-si que eres una chica
extraña-rio a carcajadas. Me limite a mirarla e intentar entender la situacion.
Sim embargo era algo que no me ompactaba, lo habia visto en peliculas, lo
habia visto en reportajes del Discovery Channel, no era algo nuevo, ni de
miedo.
-¿Y soñaste esto?-pregunte dudosa.
-Es extraño. No son sueños constantes o seguidos. Me pasa por momentos y
a veces no se si son sueños premonitorios o simple y sencillamente sueños-
-Pues debe ser muy confuso-conteste.
-Lo es, pero a fin de cuentas llegas a acostumbrarte-dijo resignada.
-Bueno chicas. Creo que llegamos-comento Adrian.
Paramos frente a un hermoso edificio que parecia estar ubicado en el centro.
Antiguo, enorme.
-Esta es la mejor Biblioteca de Medicina con que cuenta esta ciudad-me
comentaba Adrian mientras tomaba mi mano. Le sonrei y bese la mejilla.
Entramos y buscamos los libros necesarios, los compre con los ahorros que
mama me habia enviado. Mientras esperaba en la caja que el joven me
entregara mi recibo, sin darme cuenta comence a jugar con mis manos el
relicario que llevaba puesto.
-Asi que tu fuiste la otra elegida por Angeles-me dijo Adrian mientras tomaba
mis manos y observaba el relicario.
-Si, me dijo que hace tiempo te habia regalado uno igual a ti-le dije pero veo
que tu no haces caso a sus instrucciones, ya que no lo veo contigo-le dije
mientras señalaba su pecho.
-¿no crees que me veria muy afeminado con algo asi en el cuello?-me dijo
mientras hacia gestos en su rostro-prefiero traerlo conmigo en mi llavero-saco
las llaves de su bolso y ahi estaba, el mismo relicario en forma de corazon-
siempre esta conmigo, tal como Angeles me lo pidio-.
Nos quedamos mirandonos el uno al otro. De pronto el joven nos interrumpio y
nos entrego la nota. Vimo que Angeles se acercaba con una montaña de
libros, le abrimos espacio y esperamos el pago de su compra.
El resto de la tarde transcurrio entre bromas y risas. Los tre realmente
nos llevamos muy bien. Adrian nos llevo a comer helado y visitar los parques
cercanos de la ciudad. Angeles llevaba una camara y nos hizo tomarnos miles
de fotos entre los tres. Realmente disfritaba cada momento con ellos. Eramos
como una pequeña familia. Comenzo a oscurecer, sabi que era hora de que
volviera a casa, papa llamaria y no queria colver a causarle otra molestia en la
misma semana.
Al llegar a los departamentos. Adrian nos ayudo con la montaña de libros
que ambas habiamos comprado, primero con los de Angeles que vivia en el
primer piso y despues conmigo.
-¿Te la has pasado bien?-me pregunto Adrian mientras acomodaba los libros
en la mesa.
-De maravilla-respondi con una sonrisa.
-¿Que piensas hacer mañna?-comenzo a acercarse a mi.
-De hecho tenia pensado llevarte a un lugar que conozco-le dije mientras lo
tomaba de las manos y me acercaba a su rostro.
-¿Ah si?-me respondio sorprendido-la turista me llevara a un lugar que conoce-
me dijo y mordio sus labios.
-Si, es cruzando la calle-le dije mientras soltaba sus manos y las pasaba
alrededor de la cintura. Nos fundimos en un beso. Un beso deseado desde
hacia dos dias. Era como si nuestros labios se hubiesen necesitado todo ese
tiempo.
-Pasare por ti temprano-susurro a mi oido sin dejar de abrazarme.
-OK, entonces preparare el desayuno-le sonrei.
Nos acercamos a la puerta. Me beso mi frente, era como su señal de
despedida.
-Te quiero Meg-dijo al alejarse.
-Y yo a ti-le susurre en forma que leyera mis labios.
Era extraño tener que aparentar las cosas frente a la gente. Sim embargo
cuando estabamos a solas, los dos, era como si no nos vieramos en meses.
Me daba gusto saber que Angeles ya lo sabia y que al menos frente a ella no
debiamos aparentar nada. Sin embargo lo que Angeles me habia contado esa
tarde me habia dejado impactada. Y me llenaba de angustia. Debia hablar con
ella, tal vez ella soñaria el dia que Adrian decidiera dejarme o cuando nuestro
amor terminari y aunque no queria que llegase ese momento, me gustaria
estar preparada para ello. Lo habia decidido, despues de que papa marcara
bajaria a el departamento de Angeles y hablaria con ella.
Sono el telefono. Platique los ultimos detalles de la semana con papa, le
comente que habia ido a comprar mis libros y que mañana me dedicaria a
pasar cosas en limpio de la escuela, se escuchaba tranquilo y me comento que
no me preocupara si ese fin de semana no sabia de el, iba a ir de caza con su
amigo Oscar y probablemente volverian el domingo por la noche. Le desee
buen viaje y nos despedimos.
Me asome por la ventana y una neblina intensa habia bajado. Me puse
la chamarra mas abrigadora que tenia y baje al departamento de Angeles.
-Meg, estaba pensando ent i-me dijo Angeles al abrir la puerta-pasa, pasa-
comento mientras se alejaba de la puerta y entraba en la cocina.
-Estoy haciendo chocolate-me comento-toma asiento donde encuentres-rio
timidamente. Su departamento era obviamente del tamaño que el mio;
solo que mucho mas amueblado, tenia un comedor, su pequeña sala y todo un
cine en casa, una television enorme, una gama de dvd´s y tambien unas
bocinas enormes, todo lleno de las miles de bolsas con las que habia subido
aquel dia al regresar de su viaje. Asi que mejor opte por sentarme en una silla
del comedor.
-Justamente te iba a telefonear para que bajaras-me dijo mientras se acercaba
a mi con un par de tazas de chocolate-¿Te gusta con malvaviscos?-pregunto
señalando al bolsa de la mesa.
-Si, gracias-me acerco la bolsa y comenzamos a tomar chocolate-esta
delicioso-le conteste.
-Lo se-rio timidamente-creo que es la unica especialidad en cuanto a cocina-
bebio un sorbo-asi que...¿A que debo tu visita inesperada?-sonrio.
-Pues creo que ahora si ha aparecido la Megara llena de dudas que querias
encontrar en el automovil por la tarde-le dije sonriente.
-Vaya chica!! Tu si que eres realente extraña-dijo un poco aturdida-¿Cuales
son tus dudas Meg?-pregunto mientras volvia a darle un sorbo a su chocolate.
-¿Como supiste que yo era la chica para
Adrian?-
-No lo se Meg, me miro seria-simplemente lo supe, una noche soñe que
vendria una persona con tus caracteristicas y que esa persona estaba
destinada para Adrian-se encogio de hombors y continuo con su chocolate.
-Es que no se Angeles-dije angustiada-esto con Adrian ha sido tan inesperado
para mi, tan irreal que tengo miedo que termine de la misma manera que
comenzo, asi de precipitado-
-Eso no sucedera Meg-dijo muy segura-mis premoniciones nunca fallan,
cuando mis padres fallecieron lo supe una noche antes-contesto un poco
triste-y muchas cosas mas han sido ciertas, supe lo del financiamineto de mis
padres por un sueño, vi este departamento en un sueño,nunca falla-
-Prometeme algo-le dije angustiada-el dia que sueñes que lo mio con Adrian
se vuelve tormentoso ¿me lo diras?-
-Mmm esta bien-contesto resignada-peroaunque te lo diga, no creo qu
puedas hacer algo en contra de eso-
-¿Por que?-me embargo la duda.
-Si Meg-dijo dudosa-si me enterara que lo de ustedes se vuelve tormentoso, de
todas formas tendrian que seguir viendose en la facultad, no podrias alejarte-
-Lo se- dije seria mientras bajaba la mirada-pero tal vez lo podriamos
solucionar ¿no crees?-
-Quizas-respondio triste-Yo quise solucionar lo de mis padres, les rogue
enormemente por que no viajaran pero mama dijo que contra el destino no se
lucha-encogio los hombros.
-¿Crees que es correcto Angeles? ¿Crees que es correcto lo mio con Adrian?-
pregunte desesperada.
-Es el destino Meg-sonrio mientras acariciaba mi mano-no luches contra el,
solo deja que se cumpla-
Continuamos tomando el chocolate. Tal vez Angeles tenia razon. Quizas no
deberia angustiarme aun. Tal vez cosas buenas y hermosas nos deparaban a
mi y Adrian.
-Solo disfruta el presente-me sonrio Angeles-no te angusties, ni agobies, solo
disfruta ese enorme amor que se tienen-
Aunque queria que sus palabras me consolaran, esa espina seguia dentro de
mi. Tenia miedo un enorme miedo al amor, un enorme de separarme de
quien me completaba en muchos aspectos. Miedo a la incertidumbre. Y eso era
mas extraño aun, por que nunca habia sentido algo asi, aunque si analizaba
con mas detenimiento nunca habia estado realmente enamorada y ahora
entendia el por que a veces se decia que el amor dolia, por que yo estaba
segura que amaba intensamente a Adrian, pero me dolia tanto el no saber
que sucederia.
Termine mi chocolate y me despedi de Angeles.
-Supongo que mañna no nos veremos-sonrio.
-Saldre con Adrian-la mre timidamente.
-Lo se-me dijo seria-lo soñe anoche-sonrio.
-¿Le gustara el lugar?-pregunte.
-Aunque no creas, no lo conoce y le encantara-me dio un abrazo.
Cuando me acercaba a las escaleras Angeles me miro,volteo rapidamente a la
mesa y me dijo:
-Meg, guarda eso en tu cuarto, cerca de la cama-me avento la caja pequeña y
unas carcajadas sonaron.
-¿Que es?-pregunte mientras tomaba la caja.
-Algo que necesitaras, lo tuve en un sueño-
La mire, abri la caja y se encontraba repleta de preservativos, la volvi a mirar
-¿Es una broma verdad?-le dije con un rostro un poco espantado.
-Jaja, sinceramente no lo soñe,pero quizas los necesites en algun momento-rio
a carcajadas.
-Que descanses Angeles- la mire un poco sonrojada y me lleve la caja
conmigo.
Lo soñaria. Me preocupaba eso, sabia que el dia que Adrian y yo
tuvieramos un acercamiento, ella lo soñaria. Mis mejillas se encontraban muy
sonrojadas. Observaba la caja entre mis manos y comence a reir. Angeles si
que estaba loca pero quizas eso podria suceder, somos jovenes, yo vivo sola,
llevabamos un noviazgo por mucho que decir descomunal y veloz. Yo lo queria ,
el me queria. Podria suceder. Volvi a observar la caja y me sonroje. Entre a mi
departamento. Me puse el pijama y acomode la caja junto a mi buro. La mire y
sonrei. Supongo que no pierdo nada con ser precavida. Apague la luz y me
dispuse a dormir.
Helga Schneider - Déjame ir, madre
Hace 10 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario