Un pequeño rayo de sol entro por mi ventana y me ilumino el rostro.
Observe el reloj y vi que aun era temprano, sin embargo habia olvidado
comprar la noche anterior un poco de comida para los planes con Adrian. Me
levante y me di un deliciosos baño, a pesar de que se podia ver el sol, al parecer
el dia era frio. Amaba el lugar, el clima. Sentia como el agua caliente caia sobre mi
rostro.
Me arregle y fui a comprar un poco de pan. Quizas unos sandwiches,
algo sencillo y practico. recorde que tenia una pequeña caja de flan
instantaneo, tal vez lo haria y de regreso comer un poco. Asi que en casa me
apresure a arreglar todo y tener tiempo para arreglarme. habia hecho todo a
tiempo. Toco la puerta, la abri y ahi estaba el, el hombre de mis sueños, el
dueño de mi corazon.
-Buenos dias-me dijo sonriente mientras estaba en el umbral de la puerta.
-Pasa, hace un poco de frio-le dije mientras comenzaba a cerrar la puerta.
Me tomo entre sus brazos y me beso, suave y tiernamente. Era imposible
recordar las cosas cuando me tenia a su lado.
-¿Que es todo esto?-pregunto mientras observaba la mesa.
-Unas cuantas cosas para nuestra mañana de pic-nic-le dije mientras tomaba
mi chamarra.
Tomo la pequeña canasta en sus manos y partimos. Al llegar al primer piso me
tomo de la mano y beso mi cuello. Eran chispas lo que provoca en mi cuerpo,
como si sus labios fueran un transmisor de corriente electrica. Se dirigia a su
automovil cuando lo jale un poco de la mano de la cual veniamos tomados.
-A donde vamos es cerca-le dije sonriente.
Nos acercamos a la avenida y cruzamos. A lo lejos pudo ver el pequeño parque
saturado de arboles. Nos adentramos hasta toparnos con la mesa que en
aquella ocasion habia encontrado.
-Hemos llegado-le dije sonriente.
Puso la canasta sobre la mesa y observo el lugar, comenzo a dar una vuelta
sobre su propio eje, estaba igual de impactado que cuando yo conoci el lugar
por primera vez.
-Es un sitio muy lindo-me dijo mientras se acercaba a mi.
-Realmente lo es ¿verdad?-le sonrei.
-Es imposible que no lo conociera-seguia observando las copas de los arboles-
-¿Asi que este es tu lugar especial?-me pregunto mientras se sentaba en el
banco.
-Lo es-dije mientras una sonrisa se iluminaba en mi rostro.
Nos sentamos en la pequeña mesa y comenzamos a desayunar.
Podriamos escuchar el cantar de las aves, el sonido de las ramas al moverse
juntas con el viento. Si bien se sentia un inmenso frio, por la humedad de los
arboles, junto a el no importaba nada mas. Nos acercamos al pequeño arroyo y
nos sentamos en una enorme piedra, uno al lado del otro, escuchando el
sonido del agua correr. De pronto comenzo a susurrar.
-Si la vida fuera otra y la muerte llegase entonces, te amaria hoy, mañana...
por siempre....todavia-tomo mis manos y las beso, lo mire a los ojos y
respondi:
-Jamas moriria tampoco nuestro amor.... pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno-le sonrei.
-Benedetti seguramente se infartaria si leyera como hemos cambiado su
poema-comento mientras veia como corria el agua.
-Benedetti estaria feliz, por saber que el amor que inspiro ese poema, es el
mismo amor que nos une ahora-lo bese en la frente.
-¿Es posible que lugares tan bellos existan?-me tomo entre sus brazos y
acomodo mi cabeza en sus piernas.
-Lo estamos observando, viviendo, palpando, oliendo-un profundo suspiro
termino mi frase.
Me acomode de nuevo en sus piernas y nos dedicamos a escuchar por unos
minutos mas el sonido de la naturaleza. Era feliz, siempre que estaba con el.
No tenia ninguna duda, solo sabia que lo amaba, que lo amaba con locura
como sabia que el me amaba a mi. Solo queria seguir viviendo el presente.
Eramos el uno para el otro. Estaba hecha para amarlo y el estaba hecho
para amarme.
Una gota de lluvia de pronto cayo en mi rostro. Y sin un simple aviso
mas, la lluvia se dejo llegar. Nos levantamos rapidamente de la piedra donde
estabamos y nos acercamos a la mesa. Comenzaba a guardar las cosas con
prisa pero por un momento sostuvo mi mano y una enorme sonrisa dibuja su
rostro.
-¿no te encanta sentir el frio de la lluvia en tu rostro?-me pregunto mientras
alzaba su cara. Alce mi rostro y deje que la lluvia lo mojara. Di vueltas sobre
mi propio eje con los brazos extendidos mientras sentia las frias gotas en mi
piel. En la ultima vuelta me tomo entre sus brazos y me beso, me beso con una
enorme pasion que hizo que mi cuerpo temblara.
-Si no me gustaba, a partir de ahora sera mi favorita-le susurre al oidi y alce la
vista de nuevo.
Tomamos la canasta y corrimos de prisa al departamento, ambos nos
encontrabamos empapados. Al llegar al edificio nos quedamos unos momentos
parados frente a el departamento de Angeles, ambos escurriamos agua, no
teniamos ni una pequeña parte de nuestros cuerpos seca. Nos miramos y
comenzamos a reir a carcajadas.
-Seguramente lo sabia-le comente mientras subiamos las escaleras.
-No lo dudes ni un solo momento-me tomo de la mano.
Al llegar al departamento corri rapidamente por un par de toallas.
Nuestros ojos brillaban, brillaban de amor y de la pasion que guardabamos por
dentro. Comence a secar mi cabello y quitarme la ropa mojada.
-Creo que sera necesario que me de un baño-le dije timidamente-¿Quieres
acompañarme?-baje la mirada. Dude por un momento, quizas era demasiado
pronto, tal vez pensaria otras cosas sobre mi. Y cuando estaba a punto de
voltear y decirle que me habia equivocado, me abrazo por atras, beso mi cuello
y me susurro:
-No pienso mal de ti, no es demasiado pronto y yo tambien lo deseo-. Sus
palabras hicieron estremecer mi piel y comenzamos el camino a la regadera. El
vapor comenzo a volver difusa la imagen, ambos nos introducimos en la
regadera y sentiamos el agua caliente correr por nuestro cuerpo. De pronto sus
manos acariciaban mis hombros y ambos nos miramos fijamente a los ojos.
Alce mis braoz y deje que me quitara aquella blusa sin mangas que tenia
puesta, el alzo los suyos e hice lo mismo. Poco a poco ambos nos
desprendimos de nuestras ropas, hasta quedar totalmente desnuedos. Mordio
su labio y me abrazo, dejamos que el agua caliente cayra sobre nuestros
cuerpos. Y nos hundimos en un gran beso, un beso que hacia vibrar mi piel.
-Aunque te quiero y deseo contodas mis fuerzas-comento despues de
besarme-no quiero demostrarte mi amor en una regadera-sonrio timidamente.
Alce la mirada y lo bese. Quizas tenia razon, solo nos estabamos limitando a
conocer nuestros cuerpos. Lo abrace, apague el agua y ambos nos envolvimos
en nuestras respectivas toallas.
En lo que yo corri a mi habitacion a ponerme algo de ropa comoda y
caliente para el frio. El se quedo en el baño. Le busque unpar de pants de los
mas grandes que me quedaban y mi sudadera favorita, bueno la sudadera
favorita de papa. Amarre mi largo cabello y me acerque al baño, toque la puerta
y le entregue las cosas. Me dirigi a la cocina a poner un poco de cafe. Era
increible lo que nos habia sucedido. Estaba feliz, enamorada. Mi cuerpo
temblaba y no podia dejar de sonreir. Sabia que todo habia sucedido por algo y
que eso era algo correcto, por qur cuando amas con locura como lo hacia yo,
la razon quedaba en el olvido.
En silencio nos sentamos a tomar cafe en el comedor. Aunque sabia que
lo sucedido era lo correcto, no podia verlo a los ojos, esta de mas decir que era el
primer hombre que me habia visto desnuda y si bien yo habia visto a hombres
desnudos definitivamente no habia sido junto a mi y en mi regadera.
-¿Cambiaran las cosas?-me pregunto preocupado y desconcertado. Aunque
me costo alce la mirada. Nuestros ojos se vieron frente a frente y me limite a
contestar:
-Me gusta tu cuerpo hermoso que se completa con tus sentimientos, el estar
contigo me lleva al cielo-pude sentir como mis mejillas comenzaban a
sonrojarse y sentia como la sangre corria rapidamente por todo mi cuerpo,
como estremecia cada parte de mi cuerpo su simple mirada, su presencia a mi
lado.
Me tomo las manos y las beso. Alzo mi rostro con sus delicados dedos y
nuevamente me vi perdida en su mirada. Toco mi cabello, que aun se
encontraba humedo. Sonrio. Sus ojos podian decir todo. Me amaba de la
misma forma que yo a el y eso realmente me llena de emociones encontradas,
pero todas positivas. No habia mas duda.
-Gracias por haberme dado el mejor dia de mi vida-me comento sonriente.
Me quede callada y respondi a su sonrisa con una tambien.
Nuevamente nos perdimos en un largo beso. Ambos avanzamos hacia mi
habitacion y nos recostamos. El resto del dia nos dedicamos a compartir las
miradas con las luces pagadas. Y aunque mi mente simpre se encontraba
llena de pensamientos, de ideas, de dudas. Esa tarde todo dentro de mi fue
paz y calma. Una tarde que nunca habia tenido. Una tarde que siempre iba a
tener presente e iba a recordar.
Helga Schneider - Déjame ir, madre
Hace 10 años
1 comentario:
Esta increible, es tan... romantico nunk habia leído algo parecido, algo tan lindo bueno a excepcion de crepusculo, que es... indescriptible pero me encanta la quimica el amor que hay entre adrian y Meg es tan hermoso y real, pero hay algo, algo extraño me muero por leer el siguiente capitulo.
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